Título: Las ranas también se enamoran
Autora: Megan Maxwell
Editorial: Ediciones B
Sello: Vergara
Páginas: 425
Contraportada: Marta es una hermosa, joven y divertida madre soltera que trabaja en el taller de moda flamenca de Lola Herrera y maneja una motocicleta Honda CBF 600. La vida amorosa de Marta ha tenido varios problemas por culpa de los patanes con los que ha salido. Sin embargo, su vida dará un giro de 180 grados cuando Philip, un empresario inglés, serio y sexy, se cruce en su camino. ¿Será Philip una rana o un sapo más como tantos que han querido conquistar a la hermosa y peculiar mujer?
Mi experiencia con el libro:
Sobre la autora:
Megan Maxwell (1965), es el seudónimo de una escritora española de novela romántica. Aunque publica tanto novela romántica contemporánea como histórica, destaca como una de las principales representantes del subgénero romántico Chick lit en España.
No había leído nada de Megan Maxwell, aunque había escuchado sobre ella miles y miles de veces. Después de que me contaran que sus fans son más agresivas que las hungers, decidí echarle una ojeada a uno de sus libros para ver porqué se polemizaba tanto.
Al leer Las ranas también se enamoran me encontré con una novela chick lit que no se destaca por encima de otras obras del mismo género que he leído. No me mal interpreten, me gustó, me divertí y suspiré un poco, pero nada fuera de lo típico.
Marta ha tenido un pasado complicado y ahora que está sola (nuevamente) decide probar un estilo de vida que sus dos amigos, Patricia y Adrian, llevan exitosamente desde hace tiempo: sexo sin compromiso. De allí viene el juego del nombre de la novela, ranas, pero no se los voy a explicar porque es muy divertido el mal entendido constante que ocurre debido a ello en el argumento y se los estaría spoileando. Pronto comienzan las complicaciones en la vida de Marta, relacionadas con su hija, su empleo y un galán exquisito.
Los primeros capítulos son muy planos y suenan a excusas. Son demasiados cortos y todos los sucesos importantes van uno detrás de otro, sin tiempo para descripciones o para que los personajes evolucionen. Sin embargo, ya luego de unos... doce capítulos, más o menos, la trama se equilibra y comienza a narrar de manera ordenada lo que será el conflicto central del argumento. No obstante, no solo se contará la historia de amor Marta, sino también la relación con su hija adolescente (y los problemas que ella afronta), y varios romances inesperados de parte de su mejor amiga (que tiene un humor de temer), su amigo (que es homosexual y le da un aire más fresco a la novela) y su jefa (la cual no se termina de desarrollar correctamente).
Los personajes principales llevan todo el peso de la trama. Marta me ha gustado mucho, tiene mucho carácter y tiene actitudes muy humildes que me encantan. Philip, como galán es muy muy sexy y deseable, pero en ciertos momentos me ha agotado la paciencia, su actitud no terminaba de cerrarme y su último cambio me resultó forzado. El resto de los personajes son más bien de elenco, tienen sus momentos especiales, pero no destacan mucho. Excepto, claro, la hija de Marta, Vanesa, a la cual he querido matar desde un principio. Sí, hubiese sido genial que ocurriera. Demasiado caprichosa y problemática.
Las descripciones sobre España me han encantado, suenan reales y generan imágenes muy bonitas. No me ocurre igual con las de Londres, las cuales son más bien de pasada. Ambos escenarios son atractivos, pero el español ha sido mi favorito.
Sobre el argumento he de contarles que casi en su totalidad está impecable, excepto dos vueltas que le ha dado Maxwell al final. La primera de estas vueltas me ha parecido un tanto absurda debido al repentino histeriqueo de Marta, y sobre la segunda, si bien me gustó mucho (me pareció genial, aunque solo reforzó mi idea de querer asesinar a Vanesa), debido a la primera vuelta, me pareció innecesaria. Además, la actitud de Philip tampoco me cerró allí.
Algo que los lectores argentinos (y latinoamericanos) deben saber de la novela es que esta edición está en español gallego, por lo tanto, muchos diálogos pueden sonar raro. De todas formas, yo estoy acostumbrada al gallego y no me molestó, es más, me divertí muchísimo leyendo en voz alta algunos diálogos y poniéndole el acento: "-Uis, nena. A ti eso de estar lejos del calvo no te sienta bien. Menuda mala leche te gastas -se quejó Adrian." o "-Será capullo el desnatao -susurró Patricia.". Para mí, esto le da un toque extra a la novela, una pizca de realismo y veracidad dado que la misma está ambientada en España.
En síntesis, la novela me ha gustado, me ha divertido mucho. Contiene muchas escenas para adultos, que hacen suspirar a la lectora, cautivarla y enamorarla. Pero, como he dicho en un principio, no es una maravilla. Si te gusta el género romántico, adelante, Las ranas también se enamoran cumplirá su propósito de hechizarte.
Hola :D
ResponderBorrarLos libros de Megan me gustan, pero es cierto que hay otras autoras de ese género que escriben igual de bien y a las que no se valora tanto.
Un beso ^^
Holis! Me ha gustado, pero no me ha parecido taaan bueno como para merecer tan buenas reseñas que he visto por todos lados. Y por eso me he despachado. Abrazos.
BorrarHola quisiera recomendarte el libro "Los príncipes azules también destiñen" que es de esta misma autora (por cierto el único que he leido de ella xD)
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