Esta preciosa obra de teatro llamada Doña Rosita la Soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca traza de una forma sutil el dolor, la tristeza y el miedo de la soledad.
En Granada, Rosita huérfana vive en la casa de sus tíos, en donde existe un jardín invernadero que posee una rosa que cambia durante el día: roja por la mañana y el mediodía, blanca por la tarde, y ya a la noche queda deshojada. Rosita está comprometida con su primo aunque este debe viajar a Tucumán (Argentina) para hacerse cargo de una hacienda. Por su parte, Rosita decide esperar su regreso.
Al pasar el tiempo, es obvio que su prometido no va a regresar y aunque otro la pretende ella no pierde las esperanzas. Rosita va envejeciendo, el invernadero se descuida, el tío muere. Un día llega la temida noticia: el primo no regresará, pues se ha casado con otra hace ocho años. Es entonces cuando Rosita reconoce su soledad y comienza su dolor.
La obra dividida en tres actos, posee varios jardines de escenario: el de 1885, el de 1900 y el de 1910, además de un cuarto jardín que es donde se marchita la vida de la protagonista. En el transcurso del tiempo, que es lineal, vemos a Rosita envejecer, cambiando su atuendo, como los pétalos de la rosa; y perdiendo todas sus esperanzas e ilusiones.
Esta sensacional obra de teatro, conmoverá al lector, mostrando lo mejor de Lorca.
Me encantó
ResponderBorrar¡Es genial!
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