Cuentos de amor, de locura y de muerte de Horacio Quiroga

El ejemplar Cuentos de amor, de locura y de muerte contiene los cuentos Una estación de amor, El solitario, La muerte de Isolda, La gallina degollada, Los buques suicidantes, El almohadón de plumas, A la deriva, La insolación, El alambre de pua, Los mensu, Yaguai, Los pescadores de vigas, La miel silvestre, Nuestro primer cigarro y La meningitis y su sombra; todos del increíble Horacio Quiroga, gran maestro cuentista.

Las historias que narra, algunas más crudas que otras, están al alcance de jóvenes y adultos por igual. La sensación de pérdida y la presencia de la muerte, temas constantes en las obras y en la misma vida de Quiroga, serán en este ejemplar la temática central, junto al amor y los desastres que puede causar.

Los cuentos, tan parecidos y a la vez diferentes, aterran de la misma manera en la que gustan. Mis favoritos son: La gallina degollada, El almohadón de plumas y A la deriva.

La gallina degollada cuenta la historia de cuatro niños con discapacidad y una niña, todos hijos del matrimonio Mazzini-Ferraz. Cuanto más agudo era el amor por la niña, los padres más descuidaban a los hijos varones, quienes se sentaban todo el día frente a un cerco para ver pasar el día. Sin embargo, una tarde los cuatro niños presenciaron como la criada degollaba una gallina, y tal vez esa fuera la inspiración, tal vez el rencor hacia su hermana, del final abrupto y lamentable que le sucede a la familia.

El almohadón de plumas narra la historia de un matrimonio que lleva pocos meses casados, entre ellos crece un amor desigual, pura ternura en ella, pura severidad en él. Cuando Alicia cae enferma, el médico le declara anemia, y pese a los cuidados ejercidos, ella muere. Al limpiar la habitación, la sirvienta encuentra un par de manchas de sangre en la almohada, que revelan que la muerte de la joven esposa no se debió a la anemia...

A la deriva es la historia de un hombre que fue mordido por una yaracacasú (una serpiente). Para pedir ayuda, va de un lado a otro, a pie y a canoa por la vegetación salvaje. La desesperación y la aceptación de la inminente muerte crean un ambiente dramático que culmina con un final triste pero lógico.

La pluma de Quiroga, que firma sobre estos cuentos, sellandolos para siempre como clásicos, es mágica y atrayente. Utilizado muchas veces en las escuelas para atrapar a los adolescentes en la Literatura, son excelentes cuentos