No es solamente un juego de palabras, en realidad es una genial idea de autopublicidad. La escritora DW Nichols ha escrito en su blog un pequeño discurso que cuenta, en primera persona, desde el punto de vista del protagonista masculino, una presentación de la novela La noche de la luna azul (click aquí para leer la reseña). Los invito a leerlo:
"¡Hola! Hey, cuánta chica guapa que hay por aquí. Lástima que ya esté pillado, sino...
Perdonad, supongo que debería presentarme. Me llamo Owen Hunt, soy un cambiante pantera y vivo en el pequeño pueblo de Midtown, un lugar muy especial para todos los cambiantes que, como yo, no estaban demasiado bien considerados por sus respectivas manadas de origen. Y es que la manada de Midtown es diferente.
Os explico. Midtown la fundamos entre unos cuantos cambiantes que buscábamos un lugar donde vivir en paz, lejos de los problemas de “respetabilidad” sanguínea. Es lo que tiene ser una pantera negra, tener un animal “enfermo” en tu interior. No, por supuesto que el melanismo (que es como se conoce al exceso de pigmentación oscura en la piel de un animal) no es una enfermedad, pero cuando vives rodeado por seres absurdos e intransigentes que respetan la pureza de la sangre por encima de todas las cosas, sí se convierte en un problema que te convierte en un paria. ¿Una pantera negra en una manada de leopardos, en la que todos están tan orgullosos de sus manchas? No es un buen lugar donde vivir, creedme. Sólo por el desprecio con el que te miran, por encima del hombro como si no fueras más que una mierda pegada a la suela de su zapato, dan ganas de liarse a hostias.
Yo preferí largarme. Lo dejé todo y me fui con mi amigo Jam Redfield a África. Fue cuando volvimos de allí, recién terminada la Segunda Guerra Mundial, que decidimos emigrar a Estados Unidos y buscar un lugar donde poder establecernos, lejos del resto de manadas. Así nació Midtown.
Ahora es un buen pueblo. Aquí hay de todo: ciervos, alces, halcones, caballos, lobos, leones... y panteras negras, por supuesto. ¡Ah! Y también humanos, que saben qué somos y no les importa lo más mínimo. Formamos una gran familia y nos cuidamos los unos a los otros.
Jam también es una pantera negra, y nuestro Alfa. Un gran tipo, y mi amigo.
Aquí soy el sheriff, y el Beta de la manada. Y vivía bastante feliz hasta que ella apareció...
Esta mujer me trae loco. Es sexy a rabiar, lista, inteligente, apasionada, decidida, guapa, valiente y con carácter... una joya. Pero lleva en la espalda un saco lleno de problemas. Se llama Ileana y el animal que lleva es...
Pero mejor no os lo digo, descubridlo vosotras mismas leyendo la novela que narra cómo nos conocimos y enamoramos. Además, podréis aprovechar para conocer un poco a mis compañeros de manada, un grupo un tanto peculiar con integrantes de lo más variado. Seguro que os gustarán.
Por si queréis una muestra, aquí os dejo un fragmento. Sí, hasta un hombre hecho y derecho como yo, a veces hace tonterías...
Perdonad, supongo que debería presentarme. Me llamo Owen Hunt, soy un cambiante pantera y vivo en el pequeño pueblo de Midtown, un lugar muy especial para todos los cambiantes que, como yo, no estaban demasiado bien considerados por sus respectivas manadas de origen. Y es que la manada de Midtown es diferente.
Os explico. Midtown la fundamos entre unos cuantos cambiantes que buscábamos un lugar donde vivir en paz, lejos de los problemas de “respetabilidad” sanguínea. Es lo que tiene ser una pantera negra, tener un animal “enfermo” en tu interior. No, por supuesto que el melanismo (que es como se conoce al exceso de pigmentación oscura en la piel de un animal) no es una enfermedad, pero cuando vives rodeado por seres absurdos e intransigentes que respetan la pureza de la sangre por encima de todas las cosas, sí se convierte en un problema que te convierte en un paria. ¿Una pantera negra en una manada de leopardos, en la que todos están tan orgullosos de sus manchas? No es un buen lugar donde vivir, creedme. Sólo por el desprecio con el que te miran, por encima del hombro como si no fueras más que una mierda pegada a la suela de su zapato, dan ganas de liarse a hostias.
Yo preferí largarme. Lo dejé todo y me fui con mi amigo Jam Redfield a África. Fue cuando volvimos de allí, recién terminada la Segunda Guerra Mundial, que decidimos emigrar a Estados Unidos y buscar un lugar donde poder establecernos, lejos del resto de manadas. Así nació Midtown.
Ahora es un buen pueblo. Aquí hay de todo: ciervos, alces, halcones, caballos, lobos, leones... y panteras negras, por supuesto. ¡Ah! Y también humanos, que saben qué somos y no les importa lo más mínimo. Formamos una gran familia y nos cuidamos los unos a los otros.
Jam también es una pantera negra, y nuestro Alfa. Un gran tipo, y mi amigo.
Aquí soy el sheriff, y el Beta de la manada. Y vivía bastante feliz hasta que ella apareció...
Esta mujer me trae loco. Es sexy a rabiar, lista, inteligente, apasionada, decidida, guapa, valiente y con carácter... una joya. Pero lleva en la espalda un saco lleno de problemas. Se llama Ileana y el animal que lleva es...
Pero mejor no os lo digo, descubridlo vosotras mismas leyendo la novela que narra cómo nos conocimos y enamoramos. Además, podréis aprovechar para conocer un poco a mis compañeros de manada, un grupo un tanto peculiar con integrantes de lo más variado. Seguro que os gustarán.
Por si queréis una muestra, aquí os dejo un fragmento. Sí, hasta un hombre hecho y derecho como yo, a veces hace tonterías...
“—Quítate esa chaqueta. Ahora. No quiero que lleves ropa de otro hombre que no sea yo.Todo un carácter, ¿eh? Ya sabéis, si queréis leer una buena historia romántica, compradla en Amazon. Está en papel y en versión kindle, y a muuuy buen precio las dos. Me conoceréis a mí, a Ileana, a Jam y al resto de integrantes de esta manada residente en Midtown. Un beso a todas (pero que Ileana no se entere, je je je je)."
Ileana primero se estremeció de cabeza a pies y, por un instante, volvió a ser aquella adolescente indefensa enfrentada a alguien poderoso. Entonces reaccionó, se sacudió el miedo que había sentido durante un segundo y enrojeció hasta la raíz del pelo, pero no por pudor o vergüenza, sino de la rabia más pura. ¿Cómo se atrevía a darle órdenes? ¿Y en ese tono?
—Que. Te. Jodan. ¿Prefieres que me quede sólo con una sábana tan fina que se transparenta, gilipollas?
Jefe, que había llegado hasta allí inmediatamente después de Owen, y volvía a estar también en su forma humana, se rio con fuerza mientras recogía su ropa y empezaba a vestirse. War habló.
—Ileana, quizá no es sensato hablarle así en estos momentos.
—Me importa una mierda— replicó ella mirando con fijeza hacia Owen—. No pienso quitarme tu chaqueta hasta que no tenga otra cosa que ponerme.”
Pues está buena la idea, autopublicidad, nada mal
ResponderBorrar:) y la historia no suena tan mal
Es genial, jajaja =)
Borrar¡Gracias por la publi, preciosa! A Owen le encanta que lo hayas sacado a pasear jejejeje Un beso.
ResponderBorrarSi no tuviera ese tatuaje, habría más que paseo, jajaja. Pero no se puede, se tiene que portar bien, jajaja. ¡Que cosas me haces decir Diwi!
BorrarSexy el chico, ehhh!
ResponderBorrarMucho, jajaja.
BorrarYa conocía a una persona que se autopublicaba,y es una buena idea.
ResponderBorrarBesos.
¡Muy buena idea!
BorrarAbrazos =)
Buena idea me gusta que el personaje se presente!
ResponderBorrarEstá genial, DW es muy creativa.
BorrarMuy creativa...
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