En la revista literaria La Balanda, Elsa Drucaroff escribió una columna de opinión acerca de cómo determinar qué es buena o mala literatura. Como me ha parecido interesante, aquí les dejo el texto. A su término, un pequeño análisis y los datos de suscripción de la revista.
"¿Por qué te gusta tanto esa novela?", le pregunto a Edgardo Cozarinsky. Estamos reunidos los cinco jurados de un concurso y yo demostré la pobreza sintáctica de la obra, su ignorancia de sinónimos que la hacen repetir unos pocos coordinantes y adjetivos, su superficial tratamiento del conflicto. Edgardo contesta: "exactamente por lo mismo que no te gustó a vos". Y explica: la pobreza es despojamiento; la superficialidad, distancia y contención. Sé que podría leerse así y me gustan ciertos libros que logran ese efecto pero esa novela me parece simplemente mala. Él sabe que una novela mala cae en errores como los que describo pero en ésa no le parecen errores, sino recursos.
No sabemos quién tiene razón. Sí que los libros que ganarán serán los que todos los jurados consideremos buenos. Cada uno encontró alguno que sintió genial sin consenso. Ganan estéticas y emociones hoy valoradas por los cinco: es histórico el consenso en gustos y emociones. ¿Y la destreza técnica? Habrá criterios objetivos, pero cada época valora la suya.
A Lukács no le gustaron Virginia Woolf o Kafka, y si sus veredictos hoy son dispares, sus argumentos para sustentarlos captan el siglo XX con sutileza pocas veces emulada. (...)
En arte no hay cómo demostrar que el juicio "bueno" - "malo" es correcto. ¿Será el tiempo el único crítico infalible? ¿"Bueno" será lo que perdura; "malo", lo que envejece?
En 1863 Nikolai Chernichevski publicó Qué hacer y le partió la cabeza a la juventud de su tiempo. Novela realista de reflexiones filosófico-políticas, conquistó a la Rusia más brillante, sensible; llevó a cientos de miles a conmoverse y contagiarse de voluntad de cambio revolucionario. Literatura en acción: por esta obra el escritor fue uno de los grandes de su tiempo. (...)
Hoy la novela es un plomo. Larga, didáctica, melodramática, con todos los errores que no comete León Tolstoi en Anna Karenina (también realista y preocupada por la política y la filosofía). Tolstoi afirma, explica, sí, pero deja leer hoy más preguntas que respuestas, mientras Chernichevski no interpela.
¿Tolstoi es "bueno"; Chernichevski, "malo"? Yo disiento. Lectores enormes y sutiles amaron a Chernichevski. Conmovió a las más letradas cabezas de su época. ¿Todos equivocados?
Poe tuvo poca repercusión en vida, lo descubrió Baudelaire después de muerto. ¿Es mejo una obra por ahora eterna como la suya a la gloriosamente fugaz de Chernichevski? Chernichevski es un efecto de época, ¡pero qué gran efecto! Un libro capaz de sacudir el mundo no puede ser malo. (...)
Mi profesora Irma Cuña dijo, cuando nos dio el Quijote: "Ojalá este libro se ponga viejo. Querrá decir que el mundo tiene lugar para los diferentes". También yo deseo una sociedad donde el Quijote vaya al museo. Y deseo críticos que acepten que no hay certeza de lo "bueno" y lo "malo" y no actúen como patovicas en la puerta de la Literatura, decidiendo quién ingresa. Críticos que opinen con prudencia porque su opinión siempre importa mucho menos que su lectura. Su función social es modesta y hermosa: dejar testimonio de lo que lee su tiempo.
Elsa Drucaroff es una investigadora crítica literaria respetada y reconocida en el medio cultural. La columna es breve, pero directa. Cita a diversos escritores con el fin de oponer los estilos de escritura (y sus temáticas) y sacar así conclusiones acerca de los parámetros para definir la calidad de una novela. ¿Pero es eso realmente posible? Será en el último párrafo donde Drucaroff nos brinde su respuesta. Con una prosa atractiva y amena, "Contra la crítica literaria" abre un debate interesante acerca de los gustos literarios y deja un consejo para los críticos. Sin espacio para la menor duda, todo escrito de Drucaroff es sumamente recomendable para todos aquellos lectores interesados en replantearse cuestiones de la Literatura.
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