Cinco panes de cebada de Lucía Baquedano

Muriel acaba de terminar la carrera de magisterio y se dirige ilusionada a su primer destino, donde las expectativas de la joven maestra chocan con la dura realidad de un pueblo perdido entre las montañas del Pirineo navarro. Poco a poco, Muriel supera su de ánimo, descubre su auténtica tarea y advierte que los campesinos de Beirechea, bajo sus toscas apariencias, son personas receptivas. Y en el joven aparentemente más extraño del pueblo encuentra a un hombre afectuoso y sensible que completa su destino.

Libro único

Datos adicionales: Ya a la venta Ediciones SM Gran Angular 158 páginas

Sobre el autor:

Lucía Baquedano nació en Pamplona. Escribe desde niña, y en Ediciones SM ha publicado Fantasmas de día, obra que obtuvo en 1986 el Premio El Barco de Vapor.

Como profesora en curso me quedé totalmente encantada de este libro, donde la protagonista es una docente recién recibida que es asignada a una escuela rural. Pero no es solamente eso, lo atractivo está en las dificultades que atraviesa, con los chicos, con la inspectora, con la escuela, con los padres, con los vecinos y con las imposibilidades que parecen salirle al paso a cada rato y que reflejan tan bien lo que significa enseñar, que es mucho más que solo dictar clases. Así que lo primero que tengo para decir es que ya les recomendé a todas mis compañeras de profesión la lectura de esta novela y que si hay alguna docente leyendo esto se anime a darle una oportunidad al libro, que vale la pena.

Cinco panes de cebada es una novela breve muy conocida en España y su autora es muy querida. Está narrada en primera persona por la protagonista, Muriel, una joven que resulta muy agradable, aunque un poco quejica al principio.

Hay tres pequeñas reflexiones en el libro: el primero y más evidente, es el de la educación rural que no tiene subsidios u/o ayuda directa por parte del Estado; el segundo es la modernización, sus ventajas y desventajas; y la tercera, la religión, el catolicismo muy marcado.

Además, la novela tendrá un espacio para el romance. Uno de los buenos, ya que no ocurre de inmediato. El romance entre Muriel y un chico de Beirechea se va dando de a poco, despacio y relatándose en varios encuentros casuales.

Para mí lo único malo que tiene el libro es que sea tan corto, me hubiese gustado poder leer más de Muriel, de su vida como docente y del resto de los vecinos del pueblito. El final no es abierto, pero deja varios puntos libres con un mensaje esperanzador. Me ha gustado muchísimo.