La campana de cristal de Sylvia Plath

Esther Greenwood, una joven de los suburbios de Boston, llega a Nueva York para hacer una pasantía en una famosa revista. La oportunidad equivale a vislumbrar las puertas del Olimpo. Estamos a mediados de la década del cincuenta y la persecución del éxito gobierna la vida de la ciudad. Sin embargo, nada de eso puede disfrutarse sin asimilarse a esa cultura. Que indica un lugar prefijado para las mujeres: glorificar la liviandad y el glamour, entregarse felizmente a los brazos de la frivolidad y más tarde convertirse en madres.

Esther no está hecha para adorar esa secuencia. Y su regreso a casa, a lo que debería ser un remanso y un reencuentro, tampoco la recompone. De algún modo ha quedado marcada por la experiencia de lo insustancial de la vida. Su destino, que una vez pareció una línea recta, es ahora un laberinto. Su sentimiento dominante es esa angustiosa levedad que oscurece lo trivial, lo amoroso y lo trascendente.

Clásico de la literatura del siglo XX, La campana de cristal es el emocionante relato de una joven que lucha por encontrar su identidad. Para hallarla debe atravesar la malla de hierro de las convenciones sociales y los fantasmas, para nada amables, que se levantan de no respetarlas. La escritura de Sylvia Plath, a la vez fría y conmovedora, retrata la desorientación de Esther con una sensibilidad aguda que asombra en cada página. El dolor de la soledad y el desamparo no se piensan igual después de leer esta novela.

Libro único

Datos adicionales: Ya a la venta Editorial Edhasa 383 páginas

Sobre la autora:

Sylvia Plath (1932 - 1963) es una delas grandes poetas del siglo XX, publicó ensayos literarios y una única novela, La campana de cristal.

En cada página vemos el proceso de la depresión, porque La campana de cristal es eso, un libro sobre una enfermedad, gloriosamente escrito, biográfico, ya que refleja una dura etapa de la vida de la autora. Es mi nueva novela favorita.

Esther está en medio del sueño de cualquier chica americana, sin embargo, ella siente que sus oportunidades se escapan. Indecisa, sin saber qué quiere hacer con su vida, frustrada, al no encontrar un apoyo en ningún sitio, siempre de espectadora de las situaciones emocionantes, una visitante pasiva de todo riesgo, comienza a sentirse sola en medio de un montón de gente, viendo que nada ni nadie logra causar un efecto permanente en ella, aislada emocionalmente.

Esther simplemente se deprime. Hoy en día, la situación podría manejarse de manera más sencilla, pero en esa época, obviamente era más complicado. Es difícil decir, hasta suena un poco loco, que me he sentido identificada ante muchas inseguridades que trasmite la autora. Tal es su poder de narración, su poder para traspasar las páginas y desbordar emociones.

La campana de cristal, como bien dice su título, es la historia de una vida intensa y cruda, de un alma atormentada y de un aislamiento acerado, en donde la protagonista dice ahogarse con su propio aire viciado. Con muchas escenas desgarradoras, con una esperanza trunca, con la insuperable enfermedad marcada en el cuerpo de Esther. Una vez terminada la lectura, quedé preguntándome sobre el final. ¿Por qué ese final? No he podido evitar retrotraerme a su poema Lady Lazarus: "Dying / Is an art, like everything else. / I do it exceptionally well. / I do it so it feels like hell. / I do it so it feels real. / I guess you could say I’ve a call."

Además de la depresión, el suicidio, los flagelos físicos, tendremos como temáticas secundarias, a la mujer de la época, el deseo del matrimonio, la virginidad y su pérdida, la doble moralidad, la homosexualidad, todo ello cargado de cierto sarcasmo y rápidamente directo. Sin vueltas.

Por último, recomiendo (esto es una concesión personal, nada más) que no lean ni averigüen nada de la autora antes de leer esta novela. Nada debe arruinar esta lectura, deben poder dejarse llevar por la calidad de la obra y solo por eso. Una vez terminada la lectura, sí, googlea lo que quieras.

Gracias a la Editorial por el Ejemplar.