Caminos del exceso, William Blake y el Marqués de Sade de E. L. Revol

jueves, 20 de julio de 2017


Frente al fracaso del mito de la razón, las dos figuras estudiadas por Revol se sitúan fuera de la historia y de su sentido –que es la forma más persistente de dicho mito. Blake, por su lado, mediante un intento de retrotraerse a un estado no escindido, no dividido entre naturaleza y cultura, traza una crítica de los hechos objetivos del presente reivindicando esa hipóstasis de la unidad que llamó imaginación. Sade, a su vez, negaría los conceptos míticos de la historia –el progreso, el sentido desenvolviéndose en la teleología del espíritu– a través de un materialismo que Revol califica de absoluto, fuera de toda dialéctica y por lo tanto presa del "nihilismo más sombrío". Así, mientras Blake se aferraría al fondo común de la infancia humana, unidad de los hombres antes del habla, estado de indigencia que es pura potencialidad y que permanece como división originaria en cada cuerpo ya dentro de una lengua y una cultura dadas; Sade, en cambio, habría profetizado la historia material, no progresiva, es decir, las catástrofes con que la época contemporánea llevara el cuerpo al lugar de la cosa, lo mismo que había hecho con la naturaleza dominada, metonimias de lo disponible para ser usado, reemplazado, descartado.
En estas abruptas adjudicaciones de sentido, en esta operación interpretativa binaria donde la oposición entre lo primitivo y lo moderno sirve para postular un estado trágico de la modernidad, Revol manifiesta una de las posibilidades del ensayista como tal: el pensamiento por imágenes, que están en la base de la argumentación y no son su resultado. No se trata de alegorías adheridas a una demostración previa y puramente conceptual, sino que son el origen siempre ambiguo de lo que el ensayo desplegará luego como argumentación de ideas que incrementarán la fuerza de las imágenes.

Libro único Datos adicionales:
Ya a la venta
Editorial de la Universidad de Córdoba
120 páginas

Sobre el autor


Enrique Luis Revol (3 de abril de 1923 - 2 de septiembre de 1988) es un profesor, traductor y escritor argentino. Licenciado en letras y doctorado en filosofía, enseñó literatura inglesa y francesa, residió en distintas ciudades extranjeras y fue profesor visitante en muchas universidades de Estados Unidos.
¿Conocen la enorme y majestuosa librería Ateneo Grand Splendid? Está en la lista de las librerías más hermosas del mundo y cada vez que la visito me encanta sumergirme entre los libros. La cuestión es que tenía mucho tiempo libre hasta que comenzara una reunión, así que me recomendaron: "agarrá una novela y sentate a leer, que nadie te dice nada en esa librería". Así que probé la teoría y resultó ser cierta. Había muchísimos libros en la estantería de Estudio Literario, pero me llamó la atención Caminos del exceso por la mención al Marqués de Sade, un escritor por el que siento debilidad. Además, el análisis lo efectuaba un ensayista argentino y quería conocer un nuevo punto de vista. He leído también un poco de Blake, pero no es de esos autores por los que sienta alguna preferencia en especial.

El libro está compuesto por un prólogo que me gustó mucho (rara vez me agradan estos apartados, siento que exponen demasiado), una breve introducción y finalmente los dos ensayos: "William Blake, el hombre primitivo" y "Sade, el hombre moderno".

El índice estaba al final del libro y yo nunca, jamás de los jamases, voy hacia el final del libro para hojearlo antes de leerlo como corresponde. Si lo hubiera hecho, sin embargo, hubiera tomado la decisión de no pasar unas cuatro o cinco horas leyendo Caminos del exceso, porque el ensayo de Blake lleva más de sesenta páginas y el de Sade tan solo veintipocas.

Esto me causó una gran frustración y una muy marcada decepción. Frustrada porque sentía que el tiempo se me iba y nunca llegaba a lo que me interesaba realmente. Decepcionada porque el libro entero es una oda a Blake, a mostrarnos que era un genio y digno de nuestra admiración. Como dije en un principio, considero que es un escritor de calidad, pero no de mi predilección, por lo cual todas estas alabanzas caían en saco roto.

Ya hacia el final del primer ensayo se nombra a Sade y se explica que una comparación entre estos dos autores necesitaría de una mayor extensión y que por eso no se realizaría. ¿Se imaginan mi estupefacción? Ya estaba a más de medio libro cuando me sueltan tal bomba (aunque he de reconocer que el prólogo algo vaticinaba).

Pues bien, seguí con la lectura, aunque algo mosqueada y por fin llegué al ensayo de Sade, que me pareció acertado, con algunas revisiones de posturas ya asentadas y un florido pequeño análisis. Pero demasiado breve, tanto que en mi opinión no valía la compra del libro. Así que cuando lo terminé, lo dejé por ahí.

La prosa de Revol es fluida y sencilla, fácil de entender y, aunque la mayoría de las citas en otro idioma no están traducidas, me pareció alcanzable para cualquiera que no tenga conocimiento en el estudio literario. En fin, fue una lectura interesante, aunque no de mi total agrado, tal vez a algún fan de Blake le pueda gustar más (seguramente le guste más).


3 comentarios:

  1. Hola, este libro no lo conocia, lastima el bajo puntaje

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  2. ¡Hola, Nanny!
    Ja... Qué decepción realmente. ¿Qué sentido tiene escribir que no podes hacer algo porque sería muy largo? Una lástima. Lo bueno es que no invertiste más que tiempo en este libro.
    Besos

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  3. gracias por tu valoración, me ahorre un tiempo importante!!

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