Leto Atreides, el hijo de Paul -aquel mesías de una religión que arrasó el universo, el mártir que, ciego, se adentró en el desierto para morir-, tiene ahora nueve años. Pero es mucho más que un niño, porque dentro de él laten miles de vidas que lo arrastran a un implacable destino. Él y su hermana gemela, bajo la regencia de su tía Alia, gobiernan un planeta que se ha convertido en el eje de todo el universo: Arrakis, más conocido como Dune. Y en este planeta, centro de las intrigas de una corrupta clase política y sometido a una sofocante burocracia religiosa, aparece de pronto un predicador ciego, procedente del desierto. ¿Es realmente Paul Atreides, que regresa de entre los muertos para advertir a la humanidad del peligro más abominable?
Dune: 1. Dune 2. El mesías de Dune 3. Hijos de Dune 4. Dios emperador de Dune 5. Herejes de Dune 6. Casa capitular de Dune Anotaciones sobre Dune por F.H.: 1. Cazadores de Dune 2. Gusanos de arena de Dune | Datos adicionales: Ya a la venta Editorial Penguin Random House Sello DeBolsillo 546 páginas Saga por B.H. y K.J.A: 1. Preludio a Dune 2. Leyendas de Dune |
Sobre el autor:
Frank Patrick Herbert (8 de octubre de 1920 - 11 de febrero de 1986) es un escritor estadounidense de ciencia ficción.
Dune me había encantado, me había parecido una novela creativa que apostaba a lo mejor de la ciencia ficción. El mesías de Dune me había gustado un poco menos, pero tenía un personaje femenino hechizante que hipnotizaba mi lectura. Hijos de Dune lo aborrecí.
La novela Dune estaba pensada, originalmente, como un libro autoconclusivo. Debido al éxito que tuvo, el autor la convirtió en trilogía. Luego fue sumándole más libros, a medida que se iban vendiendo (sí, un Cassandra Clare de la ciencia ficción). A la muerte del autor, se publicaron sus notas. Además, su hijo se inventó un "antes de Atreides". En fin, Dune siempre fue un proyecto que se hizo sobre la marcha. ¿Pero para qué les cuento esto? Si hubiese sabido cómo Herbert iba a transformar a su mejor personaje (a mi parecer, por supuesto) en lo que... bueno, en lo que hizo, no hubiese seguido leyendo esta saga.
Tal vez para algunos lectores, el personaje de Alia (la hermana de Paul, el protagonista de las primeras dos novelas) no les parezca tan importante o trascendental. Pero a mí me encantaba. Me gustaba como se entrenaba hasta el máximo (arriesgando, incluso, su propia vida), como jugaba con las figuras del poder (rebelándose a su posición como dama, como princesa) y como, al conocer a un hombre atractivo, no perdió la brújula y supo enamorarse sin caer en la pasividad. Sin embargo, como habéis leído seguramente en mi twitter, Herbert la transformó en algo retorcido, aplastante, perverso y totalmente opuesto a lo que habíamos conocido. ¿Por qué? Me gustaría poder contarles mi hipótesis, pero se los estaría spoileando. El hecho es que no me gustó, a partir de llegado a ese punto, todo empezó a ir mal con este tomo.
Otro personaje que (por si no se hubiera divertido torturándolo en tomos anteriores, lo vuelve a hacer) transforma de una manera espantosa es a Duncan Idaho. Ooooooh, Herbert, ¿qué has hecho con la figura de Paul?. ¡Y al final! ¡Oh, por favor, qué final! No rebolié el libro porque tenía que venir a hacerles la reseña luego... De lo contrario lo hubiera hecho.
Más allá de mi notable enojo debido a la malformación de mis dos personajes favoritos, he de tratar de comentarles, lo mejor que pueda, si vale o no la pena leer esta novela.
La narración (tercera persona), como siempre, es ágil. La focalización por personajes cambia a cada capítulo y, a veces, incluso durante el mismo capítulo. El manejo de la intriga está muy bien utilizado y, aunque la acción escasea en casi todo el tomo, hay pequeños saltos inesperados que hacen que el lector no se aburra nunca. Porque a pesar de que puedas enojarte (como yo), es imposible soltar el libro hasta saber cómo termina.
Nuestros protagonistas han cambiado, los gemelos Atreides, a pesar de ser niños físicamente, son adultos mentalmente y, aunque no todos lo vean así (y eso les traiga problemas), manejarán la vida de todos a su antojo. Leto es el más dominante y con quien se moverá el narrador la mayor parte del tiempo. No es Paul, es más perverso que su padre. Ghanima prontamente perderá su protagonismo, eclipsada por su hermano.
He de decir que la portada de la novela es totalmente errónea, los gemelos son niños (aparecen como jóvenes) y en ningún momento se sientan en tronos iguales. La portada no me pareció importante al principio, pero luego me hizo pensar... Ya que desentona bastante con los otros dos tomos y no concuerda con el argumento de la novela. Otra cosa que no me ha gustado de esta edición es que hay bastantes erratas, demasiadas como para pasarlas por alto (que es lo que generalmente hago).
Entonces, ¿la recomiendo o no la recomiendo? Si te ha gustado tanto como a mí, Paul, Alia e Idaho, no, no te la recomiendo. Pero, si no te han emocionado y a ti lo que te gusta es cómo escribe Herbert, pues ahí sí, te la super recomiendo. De todas formas, Hijos de Dune es para los amantes de la ciencia ficción.
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