Lima asoma el bucal. Necesita aire. Tanto como el lector de esta novela que no da respiro. Golpea: al hígado, a la mandíbula. Las escenas se suceden no exentas de vértigo, de pausas, de esperas, de estertor. Una atrás de otra hasta que alguien decide separar al lector y a la novela de ese abrazo cansado que se dan.Adalberto Lima nació cerca del Bajo. Se crió en un prostíbulo, entre mujeres acostumbradas a los clientes, a las exigencias de la policía, a los códigos de la droga, a las valijas de cartón hechas a las apuradas porque hay que irse: la Tota, madama y madre; Cristina, que lo consuela; la Negra, su mujer. Entre todas, configuraron al Lima boxeador, campeón del circuito de peleas ilegales.Un crimen cataliza la violencia que se oprime en la novela. Un crimen que está en el Lima campeón, en el Lima olvidado, en el Lima santo, en el Lima mártir. Culpables, siempre, hay más de uno.Negra, negrísima, Lima potencia las posibilidades expresivas de Juan Carrá, una de las voces más lúcidas del género negro en la Argentina.
Libro único | Datos adicionales: Ya a la venta Editorial Vestales 208 páginas |
Sobre el autor:
Juan Carrá es periodista y escritor. Hace siete años que cubre información policial y judicial para El Atlántico de Mar del Plata. Es miembro de Cosecha Roja. Algunos de sus cuentos han sido publicados en diversas antologías.
Esta novela me ha sorprendido desde la primera página debido al fuerte lenguaje que el autor utiliza para narrarnos la historia de Lima. Impactante, diría.
La Tota es una mujer de vida que ha sabido escalar en el círculo más bajo del Conurbano. Cuando encuentra a un pequeño bebé abandonado, no duda en adoptarlo. Y es así como Lima comienza a criarse en un prostíbulo, rodeado de policías corruptos, tipos de mala calaña, perdedores y prostitutas.
La novela está dividida en cuatro partes (que el autor llama round en referencia a la profesión que realizará el protagonista) y un epílogo. Los capítulos son cortísimos, de apenas página, página y media cada uno. Lo cual hace que la lectura sea muy ágil y que pueda leerse de un tirón.
Los personajes comienzan a bailar con el argumento y a medida que avance podremos conocer un poco más de cada uno de ellos, pero de manera muy escatimada. Los personajes son como un misterio que resolver, más allá del verdadero misterio que se dará a mitad de la novela. Puedes sacar una hipótesis sobre si son buenos o no desde un comienzo, pero hasta el final, no sabrás si acertaste.
La acción es vertiginosa, el nudo principal de la historia también. Algo que debo aclarar es que la narración contiene escenas de violencia y de sexo explícito, con un lenguaje porteño (que raya lo lunfardo, pero que no llega a tanto), solo apto para mayores.
La novela me ha gustado, como he dicho en un principio, me ha sorprendido. La editorial Vestales suele sacar novelas más bien románticas e históricas, pero ahora que ha abierto su nuevo sello (Opus negrum) de novelas policiales y negras seguramente comenzará a llamar la atención de un publico muy variado. También pertenecen a este sello las novelas de la saga Guillette de Ezequiel Dellutri, Todo queda en familia y Nunca me faltes, que les recomiendo mucho.
Lima, un sábado más es una novela no apta para todo público, pero que a los amantes del género les va a encantar muchísimo.
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