El juego infinito de James Dashner

Michael es un hacker de Red Virtual, el adictivo juego de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes. Allí tiene amigos de verdad: Sarah y Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas pueden exprimir al máximo la plataforma y vivir experiencias al límite.
Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno llegue hasta Michael... Su objetivo: que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.

La Doctrina de la Mortalidad: 1. El juego infinito 2. The Rule of Thoughts (agosto 2014) 3. -

Datos adicionales: Ya a la venta Editorial Penguin Random House Sello: Montena 346 páginas

Sobre el autor:

James Dashner (EE.UU. 1972) es un prolífico autor de narrativa juvenil. Entre sus libros destacan la saga Maze Runner, la cual se ha adaptado al cine.

James Dashner vuelve a mi vida, esta vez de la mano de Penguin Random House. La llegada de El juego infinito a causado sensación en Argentina, sin embargo, luego de realizar mi lectura de este primer tomo... He de ser sincera, yo me sigo quedando con Maze Runner, editado por V&R Editoras.

Nos ubicamos en un futuro lejano, donde los ciudadanos prefieren hundirse en la realidad virtual antes de que en sus propias vidas. Michael está obsesionado con llegar a Sangre Vital Profunda, el máximo nivel de Red Virtual, donde los juegos son casi reales y representan todo un reto para sus participantes. Sin embargo, en una misión para recolectar puntos algo sale mal, muy mal. A causa de esto, Michael se verá involucrado en una guerra virtual entre un hacker misterioso y terrorífico y las fuerzas policiales del Gobierno.

No es la primera vez que me encuentro frente a esta temática, es más, suele leer y ver mucho al respecto. La realidad virtual y los juegos online me apasionan. El juego infinito es una especie de mezcla entre SAO (un anime llamado Sword Art Online, que recomiendo muchísimo), Lain (otro anime llamado Serial Experiments Lain, algo vieja pero muy buena) y Matrix (serie de películas que todo el mundo conoce, ¿no?). No voy a citar libros con temáticas parecidas, porque creo que estos tres primeros reflejan bastante lo que sucede en esta novela (en especial Lain). Debido a todo esto, la trama en todo momento me pareció previsible hasta el hartazgo. Claro que, si no eres fan del género o no ves este tipo de series, no te ocurrirá lo mismo que a mí.

Algo que no me agradó es que Dashner no explora mucho el tema de que la sociedad prefiere la realidad virtual, todo se da por hecho, no hay contexto. Esto, que podría haber sido un recurso en la saga de Maze Runner (al no dar mucha información, se crea una intriga ascendente), me ha parecido contraproducente en esta novela.

Otra cosa que me ha descolocado es el protagonista, si bien se supone que es un genio, un gran hacker (por algo es el elegido, ¿no?), sus compañeros de equipo son mucho más productivos que él. Bryson, que no parece el más avispado, por ejemplo, logra superar a Michael. Y ni hablar de Sarah.

La novela se lee rápido, algo a favor. El argumento es muy plano y la acción tarda en arrancar y cuando lo hace es repetitiva. El final... podría haber sido bueno, si no fuera tan cliché. Además, ¿un final vale por todo un libro? Eso es algo que me llama la atención, te pasas trescientas páginas agonizando, pero si las últimas cinco hojas "sorprenden" (lease con sarcasmo), se valora al libro como algo genial. ¡Y no es así! A ti te cobran todo el libro, no las últimas páginas.

Sin embargo, como es Dashner, voy a darle un voto de confianza y voy a esperar una mejoría para el segundo tomo... ¿Se dará? Esperemos que si, porque la pluma de este autor es muy buena, siempre logra enganchar y contornear la historia muy bien. No entiendo porque ha fallado con El juego infinito, tal vez sea que he leído y visto demasiado sobre este tema y no ha logrado sorprenderme. O tal vez fue el contexto inexistente o el protagonista que no llega a estar a la altura. O simplemente que esperaba algo tan bueno como Maze Runner y resultó que no, que ya no hay más magia en el tintero.

Gracias a Penguin Random House por el ejemplar.