Las naves de la magia de Robin Hobb

Lo único que Althea Vestrit quiere es vivir a bordo de su nave mágica: Vivacia. ¿Podrá vencer todos los obstáculos que los mares le deparan en el emocionante comienzo de la trilogía Las Leyes del Mar?

En una lejana costa al sur de los Seis Ducados se encuentra el Mitonar, un centro de comercio exótico y hogar de una nobleza mercante famosa por sus barcos vivientes. Construidos con tronconjuro, una madera mágica y una de las mercancías más preciadas del mundo. Se trata de barcos que maduran hasta alcanzar un estado de autoconciencia y generan lazos afectivos con sus dueños.

Vivacia es una de estas naves, que pertenece a los Vestrit, una de las más antiguas familias del Mitonar. Para Althea Vestrit, el barco es su legítima herencia que le ha sido negada. Pero para Wintrow, su sobrino, es una condena perpetua, pues ha sido obligado a interrumpir sus estudios religiosos para servir a bordo.

Althea hará todo lo posible por recuperar su barco, amenazada por la presencia de un extraño que tratará de hacerse con el poder de todos los habitantes de las Islas Piratas.

Las leyes del mar: 1. Las naves de la magia 2. Las naves de la locura 3. Las naves del destino

Datos adicionales: Ya a la venta Plaza Janés Penguin Random House 752 páginas

Sobre la autora:

Robin Hobb es el segundo heterónimo de Margaret Ogden, bajo el cual cultiva los géneros de fantasía épica medieval y ciencia ficción.

Hace mucho leí una saga que me enamoró, la Trilogía del Asesino de Robin Hobb (Aprendiz de asesino, Asesino real y La búsqueda del asesino). Mágica, logra traspasar las páginas para emocionarnos y nos roba el corazón. Las naves de la magia, trilogía de Las leyes del mar, pertenece a este mismo mundo. Y nuevamente, quedé totalmente entusiasmada con la lectura.

Althea ha vivido toda su vida navegando en Vivacia, una nave mágica. Cuando está cerca de ser la capitana, alguien se interpone y toda su vida se arremolina en una encrucijada. Darse por vencida o luchar por su sueño. Y cuando menos lo espere, a ese problema se le sumarán otros.

Como protagonista, Althea es genial, se escapa de todos los moldes. Sin embargo, no es el único personaje que sobresale y se adueña de las escenas. Esa variedad hace que la narración te atrape completamente. Personalmente, Brashen me ha encantado (y eso es solo por poner un ejemplo, porque hasta los malos sobresalen)

Una novela de aventura marítima fantástica, en la cual la magia lo cubre todo. Y, a pesar de que es gordito, con más de setecientas páginas, no me aburrí en ningún momento. A cada capítulo la situación cambia o evoluciona de alguna manera, haciendo que el misterio principal atrape tu atención durante todo el libro.

Entre comerciantes y piratas, el tema naval quizás abrume un poco al principio a quienes no estén acostumbrados a ciertas terminologías; pero solo es un breve momento introductorio que deberán afrontar para luego disfrutar de esta preciosa lectura.

A diferencia de la saga anterior, Las naves de la magia tiene un mayor abanico de puntos de vista. Nos emocionaremos, sufriremos y querremos más, mucho más. Aunque no puedo decir que es mi libro favorito de Hobb (creo que no podré superar jamás el final de La búsqueda del asesino), amé este comienzo y espero pronto poder leer su continuación.