La última mujer de Teresa Álvarez Blanco

jueves, 25 de febrero de 2021


Despertar tras una noche de copas y diversión para descubrir que a tu lado, sobre la cama, hay un muerto, es el comienzo de un día extraño en el que la acción transcurre de forma vertiginosa, los acontecimientos se van enredando y la protagonista se debate entre las ganas de ocultar el cadáver y la obligación de mostrarlo.
Narrado en primera persona, los disimulos, la confusión, las idas y venidas, los odios, los abrazos, los gritos... quedan expuestos por la protagonista, desde su punto de vista y pasando por el tamiz de su peculiar sentido del humor, creando una agradable comedia de enredo que despertará más de una risa, un poco de vértigo y la impresión de que todo se complica cada vez más.
Ya lo dice ella: "Cualquier día de estos, me hago budista tibetana y, en vez de deprimirme, me dedico a tener paciencia y a meditar".

 

Libro único
Datos adicionales:
Kindle
89 páginas

Sobre la autora:



Teresa Álvarez Blanco es una escritora española, graduada en Pedagogía.
La última mujer es una novela breve de humor negro que comienza bien y luego va desbarrancando. No puedo decir que sea mala, porque tiene su consistencia, pero no es lo mejor que he leído este año y no es para todos los gustos.

La protagonista de esta historia se despierta después de una noche de diversión y alcohol con un muerto en su cama y entra en pánico. Puesto así, podemos relacionar esta escena con varias películas cómicas que han salido en los últimos años. Pero, si bien esto es lo más importante y crucial del argumento, el resto de la trama se sostiene de acciones absurdas por parte de la protagonista que parece no tener dos dedos de frente.

Y aunque el comportamiento errático de la prota pueda agotar nuestra paciencia rápidamente, las reacciones y sucesos que desencadenará hará que no puedas parar de reír. Momentos bizarros, pensamientos morbosos, puro humor negro.

Cuando todo se va complicando y el humor parece estar agotado, la historia tiene un cambio de rumbo bastante interesante. El final es inesperado, el misterio se resuelve para bien, pero luego ese intento de romance fue tan... ay, forzoso.

Esta lectura, como les decía en un principio, no es para todo el mundo. Algunas escenas donde el cadáver es protagonista, pueden resultarle de mal gusto al lector casual. Incluso hubo una en la que hasta a mí me dio cosita.

Pero, La última mujer es una lectura rápida, entretenida y sin muchas pretensiones, que te hará reír un rato (si es que soportas este tipo de humor). Recomendada solo para los que no tengan el alma sensible (o el estómago débil).

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