Reseña | El celular de Carla Dulfano

Una comedia de enredos para los adolescentes... muy poco adolescente

Sofía y Agustina pertenecen a mundos muy distintos. Sus proyectos, sus amistades, su familia, son muy diferentes.
Lo único en lo que se parecen es en el modelo de celular. Tienen dos aparatos idénticos.

Ambas se cruzan en una farmacia y, como muchos hacemos, apoyan sus celulares en el mostrador. Al poco rato de separarse, los celulares suenan, y las dos chicas comprueban que el que están atendiendo ya no es su celular.

Esas llamadas les cambiarán la vida para siempre.

Sofía y Agustina 1. El celular 2. El Facebook misterioso 3. La guerra de los drones Nube de etiquetas: Novela breve, enredos, humor, road trip

Datos adicionales: Editorial: Salim Páginas: 112 Publicado originalmente: 2012 Género: Juvenil, Literatura Argentina, Comedia ¿Dónde lo consigo? Comprá en las tiendas: Buscalibre

Sobre la autora:

Carla Dulfano es una docente y escritora argentina.

Sus novelas:

El celular es la primera novela de una trilogía de Carla Dulfano en la editorial Salim que va dirigida al público adolescente, pero que por alguna extraña razón no se siente adolescente en absoluto. La edición tiene algunas bonitas ilustraciones de Lucía Makuc, pero no se encariñen con su estilo, porque por alguna extraña razón contrataron a ilustradoras diferentes para cada libro de la trilogía.

Vayamos por parte, pues hay mucha tela de la que tirar. La novela está narrada a dos voces a través de las dos protagonistas: Agustina, que sobrevive gracias a su talento para cantar, y Sofía, una chica rica que necesita desesperadamente ayuda intelectual.

Las dos son exasperantes, pero por razones diferentes. Agustina es una maleducada y una egoísta, leerla es una pesadilla. Sofía es una buena piba, pero la autora la hizo tan tonta que raya en lo alarmante. ¿Por qué construir un personaje así? ¿Realmente nos tiene que causar gracia que no pueda juntar dos neuronas?

Todos los personajes se mueven de la misma manera, están caricaturizados radicalmente, se mueven en opuestos irrisorios. Supongo que lo hizo peyorativamente, para que sus lectores lo entiendan sin necesidad de consultar a familias o docentes. Qué concepción pobre tiene de los pibes. Si hilamos más fino, nos encontramos con Facha, un personaje que tiene una presentación bastante insultante para todas aquellas personas que no pueden hablar. Porque la mudez no es un acting ni algo gracioso, es una incapacidad física que muchas personas sufren.

La novela carece de lógica interna y de contacto con la realidad. Las dos chicas se intercambian el celular y ya eso habilita a que una se vaya de viaje con desconocidos y la otra quede inconsciente al cuidado de una mujer extraña. Nadie llama a la policía o a la ambulancia en ningún momento, nadie se cuestiona sus acciones, nadie piensa en si existe un peligro en hacer esas cosas. Pero, ¿si fueran adultas? ¿Si fueran muchachas de veintipico? Ah, entonces ellas son responsables de sus vidas y pueden hacer lo que quieran.

El gran desastre (por encima de todos los otros problemas) es la cuestión de la edad. La novela casi pareciera haber apuntado a otro público, como si hubiera estado pensada para adultos con personajes adultos y en algún momento del camino solicitaran convertirla en juvenil. Pero, las cosas en las que se meten estas chicas no es apropiada para la edad que dicen tener (en un momento, una de las protagonistas dice que tiene 16 años). Gritemos más fuerte esto: ¿cuántos años tiene Rosales? El personaje ya es abogado cuando sale con una de las chicas. Teniendo en cuenta que la carrera puede durar entre cinco y seis años (si es un buen estudiante), que la debe haber empezado a los 18, eso nos da una alarmante edad de... ¡23 a 25 años! Ah, ese noviazgo entre un adulto y una adolescente, imperdible en una juvenil, ¿no? Se imaginarán mi cara. Además del cuestionable asunto de Rosales, tenemos la joyita de la escena de Facha y Paco en el auto, ambos adultos, impidiendo que la adolescente (a la cual no conocen) se baje del auto que va rumbo al Interior. Eso se llama secuestro.

A pesar de todo esto, la historia es interesante y te mantiene suficientemente cautivado (ya sea por el horror o por la fascinación). Necesitas saber qué va a pasar con estas pibas, abandonar la lectura sería como hacer abandono de persona (así de responsables por su seguridad física). Pero, pero, pero, me es imposible recomendar la lectura. Imposible.

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