La plaza de los pintores de Gloria Losada

Una historia cargada de sentimientos donde la superación marcará el devenir de la protagonista.
Daniela es una muchacha cuya vida amorosa está marcada por una turbulenta y extraña relación con Carlos, un chico del que se enamora perdidamente.
Las inseguridades, tanto de uno como de otro, hacen que ese amor no termine de llegar a buen puerto y, a pesar de intentar otras relaciones, el amor de Daniela siempre termina desembocando en Carlos.
Hasta que decide poner fin a todo aquello que no la hace feliz y marcharse a París. Allí conoce a Pierre, un pintor de Montmartre unos años mayor que ella, con el que acaba descubriendo el verdadero amor y lo importante en la vida...

Libro único

Datos adicionales: Ya a la venta Editorial Kiwi 306 páginas

Es imposible no adquirir una novela romántica que tiene en la portada la inigualable Ciudad del Amor. Pero, a veces nos dejamos llevar demasiado por las portadas... Tal vez porque me esperaba una historia de amor épico, parisiense y un touch como de película, me decepcioné tanto al encontrar solo la historia de un par de relaciones amorosas marcadas desde el principio por un ya sabido final gracias a la sinopsis.


Cuando lo mejor de un libro ocurre en las últimas cien páginas, es para preocuparse. De a ratos me emocionaba, de a tantos se volvía un tedio, lo comencé y lo abandoné en repetidas ocasiones.

Daniela ha tenido una relación con Carlos, un tipejo que no tiene ningún logro que lo haga sobresalir entre otros hombres, pero que aún así, nuestra prota (un poco a plan drama) no puede lograr olvidar. Y en el medio un par de pares de relaciones amorosas con varios galancetes que de alguna forma no logran enamorar a Daniela. Es que a pesar del refrán que "un clavo saca a otro clavo", esto aquí no ocurre y no es hasta el final que veremos realmente qué pasa.

Si bien la novela tiene un tono fuertemente realista, donde no se trata de enmarcar al amor como una cosa perfecta, sino más bien un algo lleno de imperfecciones que nos hace perder la cabeza de igual modo; el efecto en general resultaba en exceso agridulce.

El rollo que hay con Carlos me ha sacado de quicio, me hizo recordar repetidas veces a la novela Donde termina el arco iris de Cecelia Ahern. La protagonista también tiene momentos en donde quieres revolear el libro por una ventana. Al final, allá casi por donde nos encontramos con las últimas páginas, muy muy muy en el fondo, encontramos una pequeña pequeñísima evolución (donde uno empieza a gritar ¡al fiiiin!) y podemos terminar el libro diciendo que fue un final como se esperaba.

La plaza de los pintores me decepcionó, con tan linda portada, yo esperaba una historia de amor mejor; pero el rumbo que ha tomado la novela de Losada (a pesar de los momentos ya descritos de seudo locura por impaciencia) seguramente me habría gustado un poco más (tan solo un poco, eh) si la sinopsis no me hubiera spoileado el argumento por completo.

Gracias a la Editorial por el Ejemplar.