En la Feria del Libro Infantil y Juvenil (que estuvo más juvenil que nunca), ubicada en el Polo Circo (Av. Garay y Combate de los Pozos, Parque Patricios, CABA), el pasado sábado 18 de Julio se realizó un Juicio al realismo:
Siguiendo el formato de un juicio, fiscales vs defensores, con el jurado y la jueza regente; un grupo de blogueros (eh, ahí estoy yo, el que me encuentra en la foto se gana un regalo) puso los defectos y las virtudes del género realista sobre la mesa y... ¿lo asesinamos?
La charla fue muy bonita, me gustó mucho estar allí, aunque me puse muy nerviosa. Agarrar el micrófono por primera vez me dio un subidón de energía. Mil perdones si ladré un poco, jajaja.
En suma, el que terminó perdiendo esta charla (y por mayoría también en el público) fue John Green. Y un poquito también cobró Chbosky... Nos divertimos y esperamos que todos los presentes también se hayan divertido un montón.
A continuación les dejo un recorte de una nota que salió en el Diario Clarín, el pasado 20 por Mauro Libertella (click aquí para leerla completa):
"(...) leen libros como desquiciados y después los comentan, los critican oralmente en canales de Youtube o por escrito en blogs. Tienen cientos y cientos de seguidores y leen pilas de libros, sin interrupción, esos tomos gruesos que muchas veces se agrupan en sagas y que nos hemos acostumbrado a encontrar en las mesas preferenciales de las librerías masivas.
(...) La idea era discutir un género, el mentado realismo, y de qué modo los autores de literatura juvenil lo trabajan. “Hoy vivimos en una sociedad dinámica y flexible, y el realismo aburre”, disparó la fiscalía apenas se encendieron los micrófonos, condenando al género a los confines del siglo XX. “Hay muchos autores que necesitan recurrir a golpes bajos, porque creen que hacer realismo es hacer llorar”, puntuó otro fiscal. Una acusación grave. ¿De quién estaba hablando? De John Green, la punta de lanza del movimiento, el autor más hitero. Cuando se arrojó sobre la mesa, el apellido Green generó un revuelo notable. Alguien dijo: “Todos los libros de John Green son iguales, por lo que se pueden describir en una fórmula: chico listo que piensa rebuscadamente conoce a chica rebelde que piensa rebuscadamente. ¿Qué libro de John Green es? Todos”. No más preguntas, señor juez.
(...) a medida que avanzaba el debate, se empezaron a escuchar acusaciones que decían que algunos textos son “demasiado comerciales”, o que hay libros que apelan a recursos bajos y de probada efectividad por “eso vende más”. Una discusión –literatura y mercado- que en la literatura argentina nunca se terminó de resolver.
(...) se empezó a discutir (con el público incluido) si hay libros más “zarpados” para la edad, y cómo esta literatura aborda temas como las drogas, la anorexia o el aborto.
Hay una edad bisagra: los panelistas acordaron que no es lo mismo agarrar uno de estos libros a los once años o a los quince (acá el punto de conflicto fue la novela Las ventajas de ser invisible, de Stephen Chbosky).
(...) Todo terminó con una sentencia del jurado: “Se declara al realismo inocente, pero se condena a John Green a un nuevo juicio”."
Antes de que se entusiasmen mucho con la nota, vale aclarar que la mayoría de los blogueros invitados no nos consideramos adolescentes y que no todos somos "booktubers" (sé que es la moda, pero no nos metan a todos en la misma bolsa, que somos distintos).
¿Qué les parece la idea? ¿Estuvieron ese día?
Para ver más fotos del evento, click aquí.
¡Me parece una idea estupenda lo que hicieron! Ojala hubiera un vídeo. La idea en sí es muy creativa, que genial que pudiste participar.
ResponderBorrarSaludos! n.n