Hay libros que dejan una marca indeleble y, mucho tiempo después de haberlos leído, permanecen vivos en nuestro recuerdo. Éste es uno de ellos. A los ochenta y seis años, Marceline Loridan-Ivens ha volcado en esta carta abierta a su padre un cúmulo de sentimientos profundamente arraigados desde su juventud, de los que ha sido incapaz de desprenderse durante toda una vida.«Tú podrás regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré.» Esta simple frase, que Marceline oyó de boca de su padre cuando eran deportados en el mismo tren al campo de Auschwitz-Birkenau en abril de 1943, quedó grabada en su memoria para siempre y es el origen de este relato extraordinario.La dramática lucha de una chica de quince años por sobrevivir en una situación que ha pasado a la historia como paradigma de la máxima depravación de la que es capaz el hombre queda plasmada con una voz asombrosamente desprovista de sentimentalismo y autocompasión. En su lucha imposible contra una fuerza aplastante, Marceline narra los hechos cotidianos con la frialdad y la distancia de quien, incluso después de setenta años, no puede permitirse ni siquiera el sufrimiento; de alguien que invirtió hasta la última fibra de su persona en un solo fin: salir con vida del infierno y honrar así las palabras de su padre.Pero más allá del conmovedor homenaje de una hija a la única persona en el mundo a la que pudo amar de verdad, estas páginas exhalan un reconfortante soplo de energía y vitalidad, una demostración palpable de la insondable capacidad del ser humano para sobreponerse a los desafíos más extremos que su propia especie le presenta.
Libro único
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Datos adicionales:
Ya a la venta
Riverside Agency
Salamandra
92 páginas
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Sobre la autora:
Marceline Loridan-Ivens (19 de marzo de 1928), es una cineasta y escritora francesa.
Hay libros que sabes que te harán llorar, este es uno de esos libros, que a pesar de las lágrimas (o justamente por eso) ocuparán un lugarcito en tu corazón por siempre.
Y tú no regresaste es una novelización de la historia verídica de Marceline, un discurso que le dedica enteramente a su padre, la figura que el exterminio le arrancó. Un padre al que la autora le escribe con cariño, pero que se mezcla con muchos otros sentimientos.
La historia es dura y es casi imposible separar los sucesos (para su análisis) con las personas que lo vivieron. Porque no se puede hablar de personajes ni de giros argumentales. Es la vida, una vida marcada por el sufrimiento. ¿Es posible reseñar una vida?
En fin, la novela te atrapa, te emociona, lloras y aún así sigues leyendo, ya sabes cómo terminará todo (el mismo título te lo spoilea), pero aún así la historia te engancha y cuando llegas a la última página, pues... A mí me hubieran gustando más páginas, una extensión un poco más grande, ¿pero podría haber sobrevivido a más drama? No lo creo. Así, está perfecta.
Cuando terminé de leer esta novela, busqué información de la autora y miré un par de sus películas (aunque el cine francés no es lo mío para nada). Es que el libro te produce una necesidad de saber más y de confirmar que Marceline sobrevivió y que ella se encuentra bien (ya saben, lo mejor que puedes estar cuando atraviesas este tipo de experiencia).
Y tú no regresaste es para aquellos lectores que no tengan miedo a dejar correr un par de lágrimas, para aquellos dispuestos a sumergirse en un mar de sentimientos y en una vivencia muy cruda. Una novela para recordar, para releer y para recomendar.
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