¿Cómo cuidar a nuestros libros y estanterías?
CUANDO ESTÁS COMPRANDO UN LIBRO o cuando ya lo has comprado (o te lo han regalado, etc.)
- Debes verificar que el libro no tenga páginas en blanco.
- Debes verificar que el libro tenga todas las páginas.
- Debes verificar que no tenga fallos de impresión como manchas, roturas, páginas pegadas.
Si encuentras alguna de estas cosas, puedes reclamar a la librería (algunas te hacen el cambio directo y otras te mandan a quejarte a la editorial).
Esto vale igualmente si el libro que recibes es de segunda mano. Pero, si ese es el caso, ¡no lo pongas en tu estantería! Aún falta que lo limpies.
- Si se trata de un libro de segunda mano o viejo y le faltan hojas (con texto), podemos buscar la edición o similar en otros libros (o el Dios Internet) e imprimir/fotocopiar lo faltante para luego anexarlo al libro.
A LA HORA DE LEER
- Lavarse las manos antes de agarrar un libro (o por lo menos asegurarnos de tenerlas limpias). Generalmente no andamos por el mundo con las manos sucias, pero a veces no somos conscientes de qué cosas hemos tocado.
- Sacar el libro de la estantería sujetando el lomo por el lado medio. Esto evita presionar zonas que son más susceptibles de rotura. Esto también está relacionado con la forma en la cual guardamos los libros.
- No dejar los libros abandonados al sol por tiempos largos (ya sea porque se nos ocurrió ir a leer al patio o estamos en la playa). Esto deteriora y decolora los libros.
- No llevar los libros al baño, no solo para evitar salpicaduras, sino también para evitar la humedad que genera el vapor del agua caliente. ¿Te bañas con agua fría? Pues que valiente.
- Evitar la lluvia, es romántico caminar con el libro bajo el brazo mientras cae una llovizna, lo sé. Pero el libro está pegando gritos inaudibles de: "Me estás matando, perversa".
- No comer o beber junto a un libro. Parece tonto, pero soy la primera en levantar la mano y reconocer que yo me he clavado una milanesa a caballo junto con un libro.
- No acercar los libros al agua para evitar derrames. Esto incluye fuentes, botellas, etc. Tampoco llevar el libro a la pileta, no vaya a ser que se ahogue.
- Utilizar las sobrecubiertas de los libros para evitar que el libro se lastime. No solo son bonitas, también son útiles. Si se te dan bien las manualidades, puedes crear una sobrecubierta plástica de un tamaño estándar para proteger al libro que vayas a leer y que puedas reutilizar para otros.
- No doblar las hojas, especialmente las esquinas. Pasa, sucede, existe. Yo lo he hecho. Pero hacer de esto una costumbre hará que nuestra estantería envejezca cien años.
- No usar separadores gruesos, imantados o con tintas fuertes. Hay muchos señaladores chulos por el mundo, pero en realidad solo necesitamos pocos y buenos. No podemos usar cualquier cosa de señalador, pues los libros son muy sensibles, ellos saben que no estás usando Gucci y se deforman. Además, los separadores caseros generalmente dañan los libros porque la tinta utilizada para imprimirlos no es la adecuada.
- No se deberían utilizar post it en los libros, a la larga manchan y rompen la hoja. Pero quedan tan lindos.
- Tampoco se debería escribir los libros (ni siquiera con lápiz), pero que útil resulta.
Mi consejo al respecto, para estos dos últimos puntos, es que utilicen cuadernos de citas, aplicaciones de celular, bullet journals, etc. No solo queda lindo tener nuestras frases favoritas en un cuaderno hermoso, sino que no maltratan al libro.
- Durante la lectura no se debe abrir el libro en su totalidad (o sea, a 180°). Se debe intentar mantener el libro a 90° para no dañar el lomo. Vamos a leer como en la época victoriana. Jajaja, me parece incómodo y no voy a cumplir nunca esto con "mis" propios libros. Si no te gusta, tampoco lo hagas. Eso sí, en cuanto te vea yo abriendo un libro como si fuera una tabla en una librería o una biblioteca, te voy a pegar bien duro.
- ¿Qué es eso de chuparse el dedo para pasar página? Además de que es un asco, eso deteriora el libro, ya que estamos poniendo humedad, hongos y bacterias al papel.
- Nunca, bajo ningún aspecto, premisa o circunstancia se debe abrir un libro a 180° y ponerlo a descansar boca a bajo. JAMÁS. Ahí sí que el libro se te desarma por completo.
- Transportarlos en un sobre o cartera especial, para evitar que se maltrate en el viaje. Hay muchos y muy chulos en las tiendas (por ejemplo, en Instagram seguro consigues). Es importante que estos sobres sean del tamaño adecuado, o sea, que el libro entre bien, pero que no quede bailando, porque se va a hacer daño igual.
CUANDO LO COLOCAS EN LA ESTANTERÍA
- Es importante almacenar los libros de manera vertical (parados). Es la postura en la que deben dormir para que no les duela la espalda (el lomo).
- Ubicarlos por altura (del más grande al más pequeño), para evitar deformaciones. Además quedan bonitos.
- No apretujarlos. ¿Cómo que no entra? Pues metemos presión y... NOOOO, arruinas los libros que están en toda la fila. Además, apretarlos así dificulta su correcta extracción (por el medio del lomo).
- No colocar los libros pegados contra la pared o el fondo de la estantería. El libro debe respirar tanto de arriba como de atrás. Si haces pilas de libros en horizontal, es importante que dejes espacio en el tope.
- No poner los libros sobre lugares húmedos o donde se haya aplicado insecticida o lustra muebles. Esto tiene mucho que ver con la limpieza de los libros que veremos más adelante. Jamás echar insecticida sobre los libros.
- No guardar cosas dentro de los libros (ni dinero, ni flores, ni señaladores, ni tickets de la compra).
- ¿Sirven las bolsas plásticas? Sí, puedes guardar los libros en tus estantes dentro de bolsitas, folios transparentes, etc. Pero jamás deben sufrir el calor, o el plástico se derretirá sobre tus libros y chau libros.
- Si por cuestión de espacio apilas libros de manera horizontal (yo lo hago), cada dos meses cámbialos de sitio para poner esos de manera vertical y los que estaban vertical pasarlos a horizontal. Y si tienes todos los libros organizados de manera horizontal, entonces cambia el orden de la pila, rotándolos, para que no sea el mismo libro de la base el que aguante el peso de todos los demás.
CUIDADOS DE LA ESTANTERÍA
- ¿Es mejor una estantería de madera o de hierro? Ambas necesitan cuidado, ya sea pintura regular (para mantener la madera o evitar el óxido en la chapa) o limpieza profunda. Es más una cuestión de estética esto, pero es verdad que las de madera atraen más los bichos.
- No colocar la estantería en un lugar en donde el sol llegue de manera directa. Si no hay otro lugar, no hay otro lugar, pero lo ideal es que no ocurra para evitar decoloración de hojas y lomos.
- Evitar los lugares húmedos yo los humificadores (ya sean los antisépticos o los de perfume). La humedad es el cáncer de los libros, por favor, cuida a tu libro.
- Mantener el ambiente ventilado. Esto es re tonto, de lo más tonto, porque se supone que tenemos que airear todas las habitaciones de la casa. Pero la gente no suele hacerlo, menos las personas que tienen aire acondicionado. Sin embargo, es muy importante, el doble de importante, que la habitación que resguarde nuestros libros esté bien ventilada.
- Mínimo una vez al mes, retirar todos los libros de los estantes para limpiar a fondo la biblioteca. Toca limpieza chiquis. Esto evita que se acumule polvo, bichos que comen papel, arañas, cucarachas, polillas, etc.
- Proteger las estantería del calor extremo. Vivir en Latinoamérica nos puede complicar esto, pero no es imposible. Seguro que en Ushuaia no tienen este problema.
- Si vives en lugares donde te rodea mucha tierra (ya sea que la calle es de tierra o el paisaje es más bien árido), coloca tus libros lejos de ventanas y en lugares altos.
- ¿Funcionan las hojas secas de ortiga, eucaliptos, canela, laurel, para evitar los bichos? Sí, pero si están bien bien bien secas, no vayas a poner algo que les sirva de alimento. Estás intentando ahuyentarlos, no atraerlos a tus estanterías.
- No poner plantas cerca de los libros. Generan humedad y atraen bichos. Fuera plantas, fuera.
- Chau mascotas. Ni gatos, ni perros, ni loros, ni ningún otro animal. Tienen que estar bien lejos de las estanterías. Si no puedes evitar que entren, ubica los libros en lugares altos y lejos de su acceso. Las mascotas pueden infectar de pulgas y garrapatas a los libros, además de que rasguñan, mean y otras cosas más feas.
- Ni velas ni luces de navidad cerca de los libros. Son bonitas, sí, te arruinan los libros, también. Las luces generan calor, las velas además de calor, pueden quemar los libros. Los olores quedan impregnados. La cera puede manchar. Mal asunto.
- No prestar libros. En caso de que te guste prestar libros (esas personas buenas y valientes existen), dividir la estantería entre libros para prestar y libros que no se prestan. ¿Por qué? Porque cuando el libro vuelve (si es que tienes suerte de que te los devuelvan) pueden venir con bichos, bacterias, moho, grasa, que a simple vista no ves, pero que están ahí reproduciéndose y contagiando al resto. O le haces una buena limpieza cuando te lo devuelven o lo dejas separado del resto.
- Una rápida limpieza incluye quitarle el polvo a los libros de adelante hacia atrás por los cantos y lo que se puede ver del estante. El polvo es muy letal para los libros, es el enemigo número uno, justo debajo de la humedad.
- Cuando retires los libros para una limpieza profunda, ábrelos cuidadosamente para que respiren un poco. Tener los libros en movimiento y vigilados hará que los bichos no aniden en ellos. Esta apertura tiene que sea boca abajo para que el polvo no se movilice hacia el centro del libro, sino hacia afuera.
- Hay teorías que afirman que durante la sacudida del polvo (ya sea con cepillo u otro instrumento) debe colocarse una franela húmeda en la mesa o superficie que estemos utilizando para que la misma recoja el polvo y no recircule en el aire. Sin embargo, les recomiendo que si no están cancheros en el tema, no hagan esto. ¿Por qué? Pues se les puede soltar el libro de las manos, caer sobre la franela húmeda y eso estropearía todo el trabajo (y al libro). Alejar las franelas húmedas de los libros.
- Limpiar el libro con moho, utilizando una lija fina o un cepillo de dientes suave. Esto si el moho es pequeño y superficial. Si el libro está completamente lleno, decirle chau al libro.
- Ventilar el libro con moho, antes, durante y después de la limpieza. No volver a poner en donde estaba, revisar los libros que estaban a su alrededor para detectar otro caso de moho. Mantenerlo separado por un tiempo, vigilando su evolución. Si el libro sigue con moho a pesar de nuestros cuidados, hay que decir chau al libro.
- Pasar hoja por hoja (en ambas caras) un cepillo de cerdas suaves o de dientes (el más suave y gastado que tengan) a los ejemplares que llevan una vida contigo cada dos años (si se puede una vez al año genial) para eliminar el polvo interno, cualquier rastro de caspa de papel, eliminar posibles bichos y evitar el moho. Esto solo aplica aquellos libros que llevan una eternidad con nosotros, que fueron nuevos hace mucho tiempo y que ahora necesitarán esta revisión médica cada tanto.
- Una limpieza estética que puede hacerse también es utilizar una goma de borrar blanca o una lija fina para limpiar las manchas que pueda haber en las páginas. Para eso debe apretarse fuertemente el total del libro contra una superficie plana y pasar suavemente la goma/lija sobre los bordes y cantos evitando que la basurilla entre al libro. Finalizado la tarea de limpieza, aun con el libro apretado, debe pasarse un cepillo fino que barra cualquier basurilla que pudiera haber quedado en los bordes y cantos. ¿Es necesario? No ¿Queda lindo? Sí.
- ¿Sirve congelar un libro? Sí, pero solo para casos extremos en donde hay bichitos que no pueden eliminarse de otra forma. El libro debe estar dentro de una bolsa que lo mantenga seco (ya sea de las bolsas Ziploc o similares) y debe dejarse doce horas en el congelador. Pero, es necesario que el freezer que utilices sea de aire frío seco (revisa tu heladera, si alguna cosa que tienes en el freezer allí la ves transpirar, entonces no puedes poner al libro ahí). Una vez que han pasado las doce horas, sacas al libro y lo dejas recuperar la temperatura ambiente sin exponerlo a calor directo o sol. Solo cuando la bolsa que contiene el libro esté seca y a una temperatura normal, podrás abrirla para sacar el libro.
- Pueden utilizarse químicos para limpiar libros, sin embargo, no recomiendo su utilización si no son casos extremos y si ustedes no saben bien lo que hacen. Deben utilizarse con el cuidado necesario y deben tener las protecciones físicas requeridas. O sea, es peligroso.
EXPURGAME
No hay que olvidarse que los libros, desde que salen de la imprenta, tienen una vida útil limitada y es necesario realizar un expurgo de nuestra colección una vez al año o cada dos años. ¿Qué es expurgar? Pues es tirar libros, sacarlos de nuestras estanterías para llevarlos a reciclar o a bibliotecas populares. ¿Qué razones existen para expurgar?
- Contenido obsoleto o desactualizado. Si tenemos manuales, enciclopedias, ensayos, biografías, quizás debamos revisar si la información sigue estando vigente. Quizás queramos guardar un libro que usamos en la primaria (aunque la info sea básica y poco precisa), pero tal vez debamos tirar un libro que diga que la mujer no debe votar y debe quedarse en su cocina.
- Contaminado. Si tiene una enfermedad que no podemos solucionar y el libro no es una primera edición, incunable, tesoro nacional, debemos hacer lo correcto y es eliminarlo. No podemos ni donarlo a ningún lado, pues puede contagiar a otros libros.
- Repetido: Si tenemos más de una edición o el mismo libro dos veces. ¿Realmente necesitamos tantos ejemplares? Podemos donar uno a la biblioteca y hacer feliz a alguien.
- Destrozado o roto: Si el libro no tiene arreglo o no sabemos cómo arreglarlo (y lo que es más importante: no tenemos ganas de averiguar cómo arreglarlo) deberíamos considerar la idea de eliminarlo de nuestra estantería.
Y eso es todo lo que he aprendido en la carrera de Bibliotecología por ahora, si me muestran algo nuevo, se los haré saber ya sea actualizando esta entrada o creando una nueva.