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Foto donde se evidencia que estaba a punto de llorar ♥ |
Querido Diario es una nueva sección del blog, que sigue los pasos del tradicional EDUM (Espacio de un Martes), pero con contenido sumamente personal.
No puedo irme a dormir... Bueno, no creo que pueda irme a dormir aunque lo intente, pero seguramente no pueda hacerlo, hasta que no pase por aquí para escribirles sobre lo acontecido estos últimos días.
Como seguramente sabrán, la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires ya abrió sus puertas y estuve dando muchas vueltas. También
estaba participando del Concurso Blogger de la Feria, escribí una carta a George R.R. Martin, se dieron a votación del público y luego seleccionaron a los finalistas. El hecho es que,
aunque participé, nunca pensé realmente en que iba a ganar. Mi amiga Sol intentó varias veces que cambiara de actitud, pero sin éxito. Aunque proyecté hacer campaña unos días, en cuanto abrió la FIL, supe que ya no tendría tiempo y
simplemente me rendí.
Por eso, hoy en la Convención Blogger, mientras esperaba a que fuera mi turno para entrevistar a la diosa de Esther Sanz, me senté en las gradas mirando el techo. Estaba tan convencida de que yo no iba a ganar, que estaba luciendo a) despeinada b) sin teñirme c) con la remera del trabajo d) con la lista de precios en la mano. Todo esto lo pueden ver en la foto. Era un horror impresentable.
Y aparece Cris Alemany e interrumpe el espectáculo para anunciar que dirían al ganador del Concurso. Mi primer pensamiento fue escapar. Miré la puerta, que no me quedaba lejos, con ansías de huir. Pero pensé que sería peor, porque luego tendría que volver y quedaría como "el perro que vuelve con la cola entre las patas". Así que me revolví nerviosa en la silla y me fui encogiendo.
Para peor, Cris anuncia que los finalistas deberían subir al escenario. Chau, mundo. Pero, seguido dice que son tres. Entonces yo pensé en las cientos de personas que votaron a otros bloggers y empecé a respirar tranquila. No obstante, dijeron mi nombre y... no podía pensar. Me llamaron dos veces, estoy segura. Me hicieron señas y yo simplemente no quería. Porque una cosa es perder en tu silla, en el medio de la multitud sin que nadie te preste atención, camuflada. Otra cosa muy distinta es hacerlo en el escenario.
Así que obligué a mis piernas a moverme y prácticamente me escondí detrás de Luz, una chica divina que conocí en bastidores. Luego, subió Juli, otra de las chicas más votadas. ¿Qué estaba pasando? Me concentré en un punto fijo en el piso y me repetía: "no pongas cara de pánico, no pongas cara de pánico".
Finalmente, Facu Tedesco, el ídolo que ganó el Concurso el año pasado, dijo que Natasha Jacentiuk era la ganadora. Y... silencio, el mundo se detuvo. Hubo una fracción de tiempo en el cual mi cerebro no logró procesar adecuadamente. Sé que levanté la vista e intenté ver en la cara de Facu que no estaba bromeando... O que no se había equivocado como en los Premios Oscar. No podía entender que había ocurrido exactamente lo contrario para lo que yo me había preparado desde que me inscribí. Gané.
Y no sabía que hacer, estaba perpleja. Me puse como un tomate, me dieron ganas de llorar, de salir corriendo en busca de mi mamá (la cual obviamente se encontraba a dos colectivos y un tren de distancia). ¡Me acercaron un micrófono y lo único que dije fue gracias! Mi cabeza no "funcaba". Aún cuando prácticamente bajé corriendo del escenario y me empezaron a abrazar, yo todavía no podía creerlo. Aún no termino de comprenderlo.
Sí, yo quería, quiero, ser Blogger de la Feria. ¿Me lo esperaba? No y todos mis amigos y conocidos saben que yo creía firmemente que no iba a ganar. Tardé más de media hora en comprender lo que había pasado y mensajear a mis padres. Mi papá contestó en seguida mandando emoticones sorprendidos y mi mamá al rato con un "¿en serio? ¿estás segura? no te emociones, hasta no estar segura". Como verán, ni en casa pensaban que podía ganar.
Fue una locura.
De camino a casa, conocí a un hombre muy mayor, que dijo ser rumano nacionalizado argentino y tener setenta y cinco años, estar estudiando su tercera carrera universitaria y saber ocho idiomas. Tiene dos hijos, uno se acaba de casar. Me felicitó por estar leyendo en el tren. ¿Por qué les cuento esto? Aunque al principio me dio miedo, luego de charlar un rato, me di cuenta de lo larga y rica que puede ser una vida. Obviamente me hizo evaluar lo sucedido.
He tenido muchos bajones estos últimos años. Me han robado varias veces, me han chocado, ha muerto mi padrastro y un tío, descubrí que estoy enferma, mi mamá se enfermó, me quedé sin empleo (y aún no consigo nada estable) y ni les digo en qué estado están mis finanzas. Y no tengo novio y subí terrible de peso. Ambas cosas muy importantes, porque me las van a señalar en Navidad incontables veces. Ahora bien, mi hermano entró en la Universidad y ya consiguió su primera changa en lo que a él le gusta, mi mamá anda mucho mejor y yo conocí en profundidad a un montón de gente que ahora considero amigos del alma, de esos que ni la distancia podrá separar. Y acabo de ganar un reconocimiento que deseaba mucho, aunque me lo prohibía admitir.
Hace mucho tiempo que estoy en el blog. Es lo único estable que hay en mi vida. Mi blog es parte de mi persona. "Hola, soy Nanny". Mi nombre se desplazó, mis prioridades cambiaron, mi rutina se convirtió en servicio al blog. Puede parecer demencial y estoy segura de que un tanto lo es. Pero escribir aquí hizo que mis días no fueran completamente oscuros. El blog hizo que incluso aquellos momentos más funestos, tuvieran un poquito de luz. Porque al escribir aquí, no solo me desahogo, sino que comparto tiempo con vos, mi lector.
El blog es parte de mi vida y refleja lo que siento, lo que pienso, lo que hago. Así que todos los lectores de NannyBooks me conocen, saben que estoy estudiando una carrera que me parece eterna, que me estoy volviendo la "loca de los gatos", que tengo una pésima autoestima, pero que aún así me esfuerzo en superar todos los obstáculos con tal de conseguir material para escribir. He abordado a autores mientras almorzaban (lo siento, Bayona), he perseguido a autores durante su visita al país (lo siento, Esther), he vuelto de cabeza a las Editoriales incordiando con preguntas cómo "por qué no traen este libro, no, pero explícame", me río muy alto y avergüenzo con comentarios extraños a los que tengo cerca. Prácticamente me cuelgo un cartel que dice: "Corran".
Así que cuando miro a mi alrededor y descubro que tengo amigos, me sorprendo. Miro a mi alrededor (y además de incontables libros), veo a mi familia que compró en la rotisería para festejar (y para no cocinar, porque nadie compró mayonesa y era ultra necesario para el arroz). Veo gente que me sigue, que me vota, me comenta y me tiene paciencia. Una paciencia infinita. Y... Ahora sí, es oficial, estoy llorando mientras escribo. Gané y me encanta. Aunque también me siento un poco mal por las chicas que tuvieron tantos votos, por todas las y los bloggers que participaron. Me gustaría romper el título por la mitad (como si fuera un elemento tangible) y darle un poquito a cada uno. Porque todos somos Blogueros de la Feria. Los que la visitamos y los que no pueden porque viven lejos. Absolutamente todo aquel que tiene un blog y siente pasión por lo que hace, merece un reconocimiento. Y lo mismo va para los Bookstagrammers y Booktubers.
Para cerrar esto, porque me están gritando que hay helado de Grido (que no será el más rico del mundo, pero que a mí me parece una delicia), les quiero agradecer a todos los que me ayudaron. Y no solo a los que pusieron Me Gusta a la foto. No, me refiero a todas esas personas que me ayudaron desde el 2012. Todos los lectores que me escribieron, que me comentaron. A los grupos de Google + que visitaba con frecuencia cuando recién empecé. A todas las chicas y chicos que han ganado concursos en mi blog y no se han dado de baja. A mis seguidores, que cada día hay más y lo llevo con orgullo. A mis amigos: Sol ¡SOOOOOOL!, Juli, Sil, Meli, Mary, Mica, Isa, Fede, Facu, Leo, Ailu, Male, Anto, Eri y Anilla. A Vane, a Geo, a Ceci y a Cris. A las Editoriales que me colaboran y a las que me dejaron de colaborar también. A todos los visitantes que entran por error a la página y salen huyendo en esos tres segundos malditos según los cálculos de San Google Compañía. Y a Blogger por existir (espero algún día tener un trabajo fijo y comprarme un dominio). A mi familia, que es chiquita, pero que parecen miles.
Les prometo que voy a dar todo de mí y más.
Les prometo que nunca se van a arrepentir de haberme elegido.
¡Muchas gracias a todos los lectores que forman parte del mundo loco de NannyBooks!