Llevo mucho tiempo sin hacer una entrada para esta sección, pero no porque me faltaran temas que contar, sino porque hoy en día tengo mucho miedo de ser políticamente incorrecta o enemistarme con alguien del medio. Pero hoy es domingo y es mi único día de la semana libre, tenía pensado bloguear desde temprano, pero la cama me chupó la vida y luego mi familia se puso cargosa... En fin, esto es lo que hay:
Querido Diario es una sección del blog, que sigue los pasos del tradicional EDUM (Espacio de un Martes), pero con contenido sumamente personal.
Disculpen el siguiente formato, pero no voy a hacer el texto amigable: el que lo quiere leer, lo lee y el que no, no se pierde nada.
No estudio en la UBA. No hago la carrera de Edición ni de Marketing. Ya no me considero joven ni bonita. Tengo un blog que recibe entre cinco a diez libros por mes como colaboración de editoriales (libroxreseña). No reseño ni la mitad de lo que leo, lo siento. Tengo un empleo en una oficina, pero en realidad me explotan y termino haciendo el trabajo de otras tres personas. No trabajo en una Editorial. No recibo dinero de ninguna Editorial a cambio de nada. No hago evaluaciones literarias para Editoriales. No trabajo en Capital Federal. Soy y trabajo en Provincia. Tomo orgullosamente el Tren Sarmiento y mi línea es de La Perlita. Sí, me enorgullece ser "pobre y honesta". Amo la Zona Oeste y mi sueño cumplido es que hayan reabierto una librería en el Nine. Tengo demasiados libros y sigo comprando entre tres a cinco libros por mes. Soy heterosexual y mis fantasías son con Kakashi Hatake. Seguramente tenga problemas psicológicos. No me drogo ni fumo. Sí, bebo de vez en cuando, siempre cerveza y en compañía alegre. No me disgustan los perros aunque ame a los gatos. Me pueden los rubios, pero tampoco me enojaría si un morocho buenorro me tira los galgos. Creo que le gusto al chico que trae los bidones de agua. Tengo problemas de alimentación. Hace poco descubrí que estoy jodida de salud. Me han robado más de ocho veces en lo que voy de vida y me atropellaron unas tres. Suelo decir que tengo mala suerte, pero también suelo decir que tengo un orto enorme (y me refiero a la suerte también). No soy políticamente correcta y mi boca me mete en problemas, porque sí, soy una jodida mal hablada cuando entro en confianza. Me gusta hacer reír a la gente, especialmente cuando me siento incómoda. Deseo mucho recibirme, pero no hago nada al respecto. Estoy enamorada del amor, pero le temo horrible a muchas cosas. Leer a Beauvoir me trastornó tanto que no puedo escuchar una conversación sin pensar en qué posición deja a la mujer. No sé pronunciar Beauvoir. No hablo bien inglés, aunque lo entiendo. No puedo pronunciar correctamente ningún idioma extranjero. La gente cree que soy de una manera distinta a como soy y no me preocupa encaminarlos a la verdad. Reveo series larguísimas muchas veces, porque le temo a lo desconocido. No creo que pueda desnudarme frente a un hombre en este momento, aunque lo ame y me sienta amada. Soy muy insegura. También estoy enojada, terriblemente enojada. Con la vida, con mi familia, pero especialmente conmigo misma. Muy enojada. Estoy enojada porque no puedo escribir un libro, empiezo muchos y no termino nada. Soy una persona creativa, pero si pongo el punto final, ¿qué hago con eso? Odio un poco a los ricos y a los privilegiados, como a los que viven tranquilamente y se hacen los buenitos, cuando tienen unas vidas acomodadas en las que nunca supieron lo que era el hambre. Yo sí lo sé. Sé lo que es no tener ni dos pesos en el bolsillo. Sé lo que es recurrir a las tarjetas de crédito para comprar comida. Sé que por eso engordo, porque odio dejar restos en el plato, porque no puedo decirle que no a la comida gratis o simplemente a la comida. Porque, ¿cómo sé que luego la habrá? No, no me estoy muriendo de hambre hoy en día, aunque nadie hizo el almuerzo en casa hoy y yo no voy a cocinar, porque es mi maldito día libre. No tengan pena de mí. Todo lo que viví me hizo más fuerte. Y me dio más desconfianza, más miedo y más odio. No puedo hacer amigos. Hay personas en las que quiero creer. Sí, digo que son mis amigos. Pero no me hablan a menudo ni comparten su vida conmigo. No entiendo lo que significa privado. No puedo creer en muchas cosas. Soy católica. Me bautizaron cuando era peque. Tomé la comunión a los quince. Hice el curso de comunión con mi hermano cuando a él le tocaba, porque mi mamá estaba estudiando y no podía ir ella. Tomé la confirmación de mi fe a los dieciocho, porque yo así quería. Católica cristiana apostólica romana. Estoy a favor del aborto. La Iglesia debería desligarse de los asuntos de salud pública. Apoyo fervientemente la Educación Pública y creo que el Estado no debería financiar las escuelas católicas. El techo se cae en donde estudio. Hubo dos muertos en mi municipio porque las escuelas no están habilitadas. Descubrí un nuevo rostro de mis profesores. Algunos me maravillaron, otros me decepcionaron mucho. Voté a Macri, luego me arrepentí. Me quedé sin trabajo al año de que asumió. Estuve un año sin conseguir laburo luego. Hoy agradezco tener trabajo, aunque mi jefe sea macrista y me diga constantemente cosas como "vos no sabés nada, sos una ignorante". Me reí mucho cuando unos libreros se quejaron en una reunión editorial de que los globos eran amarillos. El aceite está noventa pesos, gente. Le temo mucho a decir algo que pueda afectar a los demás y por eso estoy tentada a borrar todo lo que está acá escrito. Por cierto, tampoco soy kirchnerista. No tengo una patria en un partido político. Juzgo al mundo desde mi bolsillo. No sé cocinar ni me interesa aprender. No me gusta nada mucho ni poco. Soy promedio en todo lo que hago. Prefiero entregar en blanco que hacer trampa. No entiendo de música. Nunca fui a un boliche. Me gusta gastar dinero en cosas tontas, en cosas inmediatas. La felicidad es para mí no estar triste. No necesito estar contenta todo el día. Pido mucho a las personas, más de lo que pueden ofrecer. Creía que no me gustaba dar clases, pero cuando le enseñé oraciones bimembres a la hija de mi compañera de trabajo, me di cuenta de lo mucho que extraño estar frente a un aula. Amo leer, cualquier cosa en cualquier momento. Se me pasan los minutos frente a la pantalla de inicio de Netflix sin saber qué veré. Estoy en negro y un análisis de sangre me salió casi dos mil pesos. Estuve un mes y medio sin celular, porque me lo robaron en mi laburo. Me encanta Grey's Anatomy. No me gusta ver películas ni series sobre acoso sexual, porque fui acosada cuando salí del secundario. Le conté todo a una sola persona en la blogsfera. Las mujeres no me defendieron. Me enojé mucho con una compañera que le metió los cuernos al novio, porque era un buen pibe. Una bloguera me insultó una vez. Otra me sacó un libro de las manos. Una representante editorial me dijo que no encajaba con el perfil del evento. No sé cómo confiar en las reseñas de los BBB que reciben dinero de las Editoriales y me enoja que no le digan a los lectores que cobran plata. Porque una cosa es recibir un libro, que quizás leas o quizás no, y otra es cobrar plata. No me están gustando los libros que salen últimamente. Son demasiado "ligeros", demasiado marketing detrás, demasiado apuntar a tiene tantos suscriptores en su canal. Me gustan los libros de tapa dura y colecciono libros de Jane Austen. Me da vergüenza aparecer en fotos o hacer vídeos. No soy buena todo el tiempo, me gusta mandar a la gente a la mierda de vez en cuando.
Disculpen si este texto ofende a alguien.
Solo quería decir cosas que tenía atragantada.