Mientras trabajaba en el stand de Ediciones SM (¡vayan a verme!), las geniales Mercedes Pérez Sabbi y Laura Roldán fueron a firmar ejemplares de sus lectores. Y como siempre, aproveché para hacerles una entrevista. Esta vez, fue una charla extensa, en donde las autoras no solo contestaban mis preguntas, sino que también dialogaban entre ellas. El resultado es una nota fantástica:
-¿Cómo llegó a ustedes la invitación para participar de las antologías?
Laura Roldán -Yo participé de
Susurros que cuenta el viento, Leyendas de la tierra. A mí me invitó Sebastián Vargas. Me especializo en folklore, así que inmediatamente le dije que sí. Además, es todo un lujo el resto de los autores que participan como Paula Bombara, Laura Escudero, Andrea Ferrari, María Cristina Ramos, Fabián Sevilla y Franco Vaccarini, además de Vargas.
Mercedes Pérez Sabbi -Bueno, en mi caso me convocó Fabián Sevilla para Había una vez... Y muchas veces más, cuentos maravillosos de siempre. Muy feliz, porque teníamos que tomar un cuento clásico y darles nuestra impronta personal. Yo tomé a Rapuncel, que se tornó Rapuncilla.
-Roldán, escribió cuentos también para lectores un poco más grandes, ¿cambia la experiencia?
-Cuentos sí en los que me especializo en el folklore, trabajo con cuentos originarios. Todo el material es tradicional, con determinadas etnias o cuentos populares en general. Lo único que tengo para más chicos, es la Leyenda del Tucán de Cuentamérica Naturaleza, Sudamericana. En Susurros que cuenta el viento, tenían que ser leyendas de nuestra tierra y yo había puesto un personaje que me gustaba mucho "El Llastay", que es un protector de los animales, es como un duende del norte, un ser sobrenatural que protege de los cazadores. Era mi cuento favorito en ese momento.
-¿Cómo es el proceso de escritura? ¿Tienen alguna rutina? ¿Escriben de noche o con música?
Mercedes -Todo depende del momento, no tengo un lugar físico permanente. Suelo escribir las ideas de manera manual y luego las paso a la computadora y empiezo a volcarlo todo. Es un proceso de muchas veces, de armar y de rearmarlo. A veces suelo escribir una palabra, una idea, una imagen y sobre eso realizo un cuento. Y eso lo hago en cualquier espacio, he terminado un cuento, una vez, porque se me vino una frase, en un colectivo. Y me acuerdo, en ese momento, que al muchacho que tenía al lado, le dije "por favor, me tenés la cartera" (cosa que ahora no sé si podría hacer) para anotar en un papelito chiquitito, parada, la frase, porque pensaba que era la frase. Tenía miedo que bajando del colectivo y después siguiendo mi camino, se me olvidara. Si me viene una idea, lo hago en cualquier lugar. Luego, formalmente, cuando lo tengo que plasmar, lo hago en mi estudio, en donde trabajo.
Laura -Sí, a mí con las ideas también me pasa. A veces la vida te pone una idea... Vas atravesando una plaza y cae una hoja, planeando, una hoja que parece un pájaro y uno al momento toma la idea. Y hay que escribirla para que no se escape. A mí se me ocurren muchas cosas en los sueños, yo he escrito poemas dormida. Tengo desde entonces, un block de notas en la mesa de luz. Porque lo cazo, prendo la luz y lo escribo. Me pasa también con las frases.
Mercedes -A mí me pasa lo mismo, seguís escribiendo en la noche durante los sueños.
Laura -Resolviendo incluso el nudo de un cuento.
Mercedes -Me parece muy creativo el momento entre el sueño y la vigilia, antes de que te levantes. Cuando estás en la cama y no estás despierto totalmente. Ese espacio es super creativo, tomas el residual de los sueños y comenzas a elaborar. A mí se me ocurrieron unas ideas maravillosas, y ahí hay que tener el anotador cerca. Si no, vos te levantás, abriste la ventana, tomas algo y cuando te querés acordar, se fue la idea.
Laura -¡Ay, sí, que horrible que es eso! Yo me levanto con la idea fija, si no tuve tiempo de escribirla, no hago otra cosa, voy y busco un anotador o en la misma agenda, y escribo. Y le hago siempre un rectángulo y le anoto importante.
-¿Ya se habían conocido antes?
Ambas y entre risas -Sí
-¿Cómo es el encuentro con los lectores?
Mercedes -Siempre es especial, depende de si los lectores leyeron realmente el libro. A veces vamos a las escuelas y hay grupos que leyeron, grupos que no. Son diferentes. Pero una vez que los chicos hayan leído, descubren situaciones con la lectura. Encontrarse con los lectores es enriquecedor, porque cada lector pone de sí algo especial. Para mí también es un encuentro donde ves el otro lado, de saber qué pasa con el libro, cómo llega, es como un testeador también. Generalmente los chicos son muy afectuosos y cuando una historia les ha llegado te lo demuestran de todas las maneras. No hay un bolsillo de donde no saque un corazón, un te quiero, una carta. Tengo un baúl lleno de ese tipo de cartitas. Realmente es muy hermoso, me llena el corazón de alegría.
Laura -Para mí es la parte más linda de escribir. Yo trabajo con comunidades muy cosmopolitas, y como trabajo escribiendo y recopilando historias de distintas etnias, de distintos pueblos, de distintas provincias, es muy lindo el intercambio. Lo primero que hago cuando llego es pedirles que se presenten. Y me empiezan a contar de donde son, de donde son sus padres, entonces yo me hago una lista y voy pensando qué cuentos voy a compartir con ellos de todos mis libros. Así les leo cuentos de sus lugares. Se realiza un intercambio, los chicos se quedan re contentos y ellos también empiezan a contarme leyendas de sus pagos. Es muy valioso. Me gusta mucho poder dialogar. Con Zapallo en flor, coplas, adivinanzas y otros dichos populares, pasa algo muy hermoso con los adultos. Tiene mucho que ver con mi familia, con recetas y coplas que tienen mucho que ver con momentos íntimos de mi familia. Uno cuando escribe un libro no sabe qué va a pasar con el otro. Los adultos comienzan a acordarse e interesarse. Los abuelos cuentacuentos vienen a las charlas, me han contado cómo los han conmovido. Tiene un lenguaje terruño, que ya no se utiliza, y que los grandes sí conocen. Pero los chicos, tienen que ir al diccionario o necesitan una explicación; yo les digo que vayan a la familia. Por ejemplo, menciono pájaros y los chicos de la ciudad no conocen los nombres de los pájaros. Y yo acá hablo de todos los pájaros que había en mi barrio. Cosas que yo aprendí de chica, que me enseñó mi padre. Me gusta que se pueda generar en otra familia, lo que se generaba en la mía. A veces la devolución me muestra que funciona.
-¿Las maestras les cuentan por qué deciden incluir sus libros en las lecturas de los alumnos?
Laura -Depende, a veces te eligen debido a sí podes o no acercarte a la escuela. Y cuando te eligen, es porque leyeron algo que les gustó, siempre hay algún cuento en algún manual, hay algo, algo les llegó por otra vía, y entonces es cuando miran concretamente el libro. Cuando se distribuía el Plan Nacional de Lectura, iban muchos libros nuestros.
Mercedes -A mí me ha pasado con algunos libros, que me han llamado por la temática. Por ejemplo, con el libro
Sopa de estrellas. Que es la vida de un niño de la calle, que recoge cartones. Trabaja los Derechos del Niño y es a partir de cuatro años en adelante. Y por otro lado, las ilustraciones están hechas con pequeñas estructuras de plastilina y con los elementos que un niño puede recoger de la calle. Las estrellas son tuerquitas, todo es de cartón. Me ha sucedido también con
Manuela en el umbral, que trata sobre los desaparecidos. Y también con
Florinda no tiene coronita, con el tema del género. Cuando el libro salió no se hablaba del tema, pero tiene que ver con el abordaje que uno hace. Trata las diferencias entre las conductas hacia las nenas y los nenes, a partir de una situación particular en un castillo. Nace un varón y nace una nena, los dos príncipes. Pero está dedicado "Para las niñas y los niños que no tienen coronita, porque las coronitas aprietan la cabeza y las ideas salen finitas y chatas: ¡aburridas!"
-Y la última pregunta, ¿gato o perro?
Ambas -Gatos
Muchísimas gracias por la entrevista, ambas se portaron geniales conmigo y compartimos una muy buena charla entre risas y café.
Especial FIL: